El 5 de abril se cumplieron 111 años de la inauguración del Ferrocarril Transandino, una obra que para su época, 1910, se constituyó en toda una proeza, que no solo conectó los océanos Atlántico y el Pacífico, sino que constituyó un corredor patrimonial y se transformó en un emblema de vanguardia internacional ya que fue necesario emplear todos los elementos de ingeniería existentes para concretar su construcción.
Para impulsar la obra de los hermanos Juan y Mateo Clark pasaron una serie de acontecimientos de todo tipo, principalmente técnicos, económicos y políticos poniendo a prueba a dos países como Chile y Argentina en su aspiración de unir por ferrocarril a las ciudades de Los Andes y Mendoza. A ellos también se debe la puesta en funcionamiento del primer telégrafo interoceánico en 1871.
Vencer a la Cordillera de los Andes siempre se transformó con el paso del tiempo en hechos históricos, épicos y mitológicos, ya que es probable que el antecedente más remoto del cruce por el hombre haya sido la del Imperio Inca en la necesidad de habilitar un sendero peatonal para trasladar mercancías y traer noticias de uno y otro lado del macizo andino.
Durante la Colonia ya había acontecimientos sobre el paso de los Andes a expediciones de conquista y campañas de guerra, y a partir de fines del siglo XVIII se puede hablar de un proceso de equipamiento cordillerano con el mejoramiento de la infraestructura caminera, obra de Ambrosio O’Higgins y con la construcción de núcleos de prestación de servicios como refugios para quienes se aventuraban a cruzar la Cordillera de los Andes, como fueron las casuchas de correos, lo que quedó reflejado en ilustraciones y relatos de viajeros, exploradores, naturalistas o artistas como Schmidtmeyer, Miers, Darwin o Rugendas.
Durante su proceso de construcción, el F.C. Transandino pasó por distintos procesos que involucró a dos países y recursos personales de sus creadores y de terceros extranjeros como compañías y bancos, hasta que finalmente el 5 de abril de 1910, como uno de los actos del Centenario de la Independencia de Chile, se puso en marcha oficialmente el ferrocarril.
Durante su desarrollo, sin embargo, siguió sufriendo los embates de la cordillera con avalanchas por intensas nevazones y circunstancias de desarrollo con la competencia del camino internacional hasta que en 1979 se suspende el servicio de la combinación internacional y, finalmente, en 1984, donde numerosos rodados destruyeron parte de la vía férrea y su nula mantención, se paralizan los trenes de carga. (S.S.)