15 de Agosto de 2017: Solemnidad de la Asunción de la Virgen María

15 de Agosto de 2017: Solemnidad de la Asunción de la Virgen María

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Apocalipsis 11,19; 12,10  ; 1 Corintios 15,20-26 ; Lucas 1,39-56

Por: El Peregrino

Que hermoso es poder celebrar en cualquier parte de Chile una Fiesta o Solemnidad de la Virgen María. Ella nos reúne y convoca a su Pueblo. Hoy lo hacemos reflexionando sobre el Dogma de La Asunción de María al cielo, en cuerpo y alma, como lo manifestará el Papa Pio XII en el año 1950.

El mundo está atravesado por el mal, el sufrimiento, el pecado y la muerte. Todas las miserias y la atrocidad del mundo pasan sobre los hombres, y muchos llegan a preguntarse si Dios, verdaderamente, existe. ¿Dios, el Dios del Evangelio está en verdad en medio de nosotros?.

María es aquella que puede respondernos. No existe criatura que haya sentido el mal como ella. No hay criatura que haya entrado en la profundidad de la Pasión de Cristo como ella. No hay nadie que haya experimentado el inmenso amor de Dios como ella.

Pensamos que por ser la madre del Hijo de Dios ella tuvo una vida fácil sin pensar que es la vida más delicada, más compleja que el Señor ha hecho. María ha comprendido desde el fondo de su corazón lo que es ser abandonado hasta el extremo. Es necesario no mirar la cruz únicamente en la gloria. Sino una visión más amplia aún. Que el Hijo de Dios haya querido.

Si pensamos en la presencia de María al pie de la Cruz y en la vivencia del sacrificio de su Hijo no es un escándalo. Pero ella estuvo y lo hizo de pie, erguida, de pie en medio de la verdad, de pie en medio del amor.

Todo está hecho en el amor de Dios, todo es trabajado por el amor de Dios, todo está traspasado por el amor de Dios. Tenemos que aprender a descubrirlo y valorarlo.

El papel de María en la Iglesia es hacernos entrar en este misterio triunfal. Si ella ha entrado en el cielo, si está junto a su Hijo, es porque ha estado y entrado en el Misterio de la Pasión.

Pasión y Resurrección no son más que una sola cosa en María. Para ella, la Pasión, le abre el gran camino de la Asunción, el camino de la gloria, de este cuerpo iluminado por el Espíritu, transformado por el Espíritu.

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