Por: José Albuccó, académico de la Universidad Católica Silva Henríquez
1999 marcó el inicio del Día del Patrimonio Cultural en Chile. Hoy, a 20 años de ese hito, nuestro país ha sido protagonista de un constante crecimiento, convirtiéndose en una de las economías latinoamericanas de más rápida progresión, generando interés por venir a habitar esta tierra.
Es fácil que confundamos crecimiento económico con desarrollo y, aún más, con desarrollo cultural. Así vemos grupos humanos que han crecido económicamente, pero son cada vez más ignorantes, clasistas, racistas y violentos, utilizando todo su poder e influencia para evitar la inclusión, igualdad y equidad para muchos ciudadanos.
En una sociedad realmente democrática las personas son iguales en derechos y deberes, no hay progreso sin democracia y sin desarrollo cultural. Hoy tenemos que precisar qué arquetipo de sociedad deseamos construir en Chile durante los próximos veinte años y emprender, en este momento, los cambios inexcusables para asentar las plataformas de ese futuro. Otros no lo harán por nosotros.
Es cierto que el Día del Patrimonio es un recurso educativo que permite vincular a las personas con su herencia común y profundizar en la reflexión de procesos culturales e históricos. Pero queda mucho por avanzar para que cumpla con el objetivo de fondo, que es generar una ciudadanía cultural con un compromiso por la democracia y los derechos humanos en su amplio espectro. Por ello la evaluación de estos 20 años no es por la cantidad de iniciativas inscritas, sino por la calidad de estos días, por el sentido y aportes de ellas al desarrollo del país.