20º aniversario de los 4 hermanos Maristas Mártires en El Zaire: “Aún se escucha su voz”

20º aniversario de los 4 hermanos Maristas Mártires en El Zaire: “Aún se escucha su voz”

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Por: Hno. Ángel Gutiérrez Gonzalo

El lunes 31, los Maristas recordamos con mucho cariño y veneración a:

Fernando de la Fuente (Chile),

Servando Mayor,

Julio Rodríguez y

Miguel Ángel Isla,

queridos hermanos asesinados el 31 de octubre de 1996 en el campo de refugiados de Nyamirangüe (Zaire).

Han transcurrido veinte años y “aún se escucha su voz”. Es Dios que nos interpela a través de ellos. No nos ha hablado, nos ha gritado. Sus gritos, estimados lectores, eran los de miles de pobres sin pan, sin hogar, sin patria y sin nada y como no los oíamos, ha tenido que gritar más fuerte y su voz se ha teñido de sangre. La sangre nos ha asustado y nos hemos preguntado ¿qué ha pasado? ¿Qué está pasando?

Alguien de nuestra casa, de nuestra familia, alguien a quien queríamos mucho ha decidido dar la vida para que la voz de los sin voz se oyera. Y su voz no se ha apagado.

Sus vidas hasta ese momento fueron susurro que estalló en gritos desesperados por amor, sólo por amor. ¿Qué nos han dicho?.

•Que la fraternidad tiene que ser efectiva. Que siendo hermanos no podemos cruzarnos de brazos y permitir que el otro sufra.

•Nos han dicho que el radicalismo del Evangelio hace arder el corazón hasta quemarlo. Que arder así, merece la pena.

•Que la salvación del mundo y del hombre pasa por dejar seguridades humanas, dar lo que uno es y lo que uno tiene y ponerse confiadamente en manos de Dios. Nos advierten de cuatro peligros y nos dicen:

•No consumáis como un producto más nuestro don más sagrado: Nuestras vidas, porque la vida y la muerte continúan y el sufrimiento también.

•No acalléis vuestra conciencia aireando nuestro martirio y ofreciendo un donativo. Dad vuestra vida, dadla por quien más la necesite.

•Y por último, no tengáis miedo. El miedo es lo contrario del amor. Amad, sólo amad y el dolor se transformará en gozo.

Al final del mes de las misiones, qué testimonio nos dejan estos cuatro insignes misioneros, cuatro antorchas encendidas que por amor se apagaron el último día del mes de las misiones. Cuatro mártires de la solidaridad que “amaron hasta el final”. Cuatro violetas, siempre vivas que adornarán el jardín del mundo marista.

Cuatro misioneros, “mensajeros de esperanza para el mundo”

Que el recuerdo de estos santos mártires nos ayude a vivir, como ellos, el mandamiento de AMOR hasta el final.

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