Eugenio Astudillo Leal
Y pasó Semana Santa y no hubo ceremonias especiales, ni retiros espirituales, ni paseos para los más paganos. Y pronto llegó el Día del Trabajo y tampoco hubo manifestaciones ni grandes lloriqueos de los que solo trabajan ese día, y el pueblo aceptó la realidad. Por último, pasó el 21 de Mayo, Día de las Glorias Navales de Chile, ocasión en que se conmemora la figura de Arturo Prat Chacón, el Héroe más popular de Chile, no solo por gesta bélica de Iquique, ni por su histórica arenga a la hora del desigual combate, sino que, por algo, que hace tanta falta hoy como entonces, que no es otra cosa que la muy mañoseada “unidad nacional” para enfrentar un gran problema, como se le presentó y enfrentó nuestro máximo paladín en la Guerra del Pacífico, y como les corresponde ahora a las principales autoridades del país, en momentos de esta gran crisis de la Pandemia del Covid-19, que nos tiene a todos; aún, desenfocados sobre nuestro futuro global y realidad próxima, como individuos, familias y país.
Analizando la realidad, encontrar en este tumulto de estrellas faranduleras a un personaje que provoque por sus actos sentimientos de unidad nacional como lo hizo Prat, es y será muy difícil. El desde sus orígenes más básicos provenía de la clase media trabajadora, era estudioso, constante, lleno de valores y esforzado, que estudió con beca presidencial su carrera naval, que no solo fue modelo militar para los chilenos, sino que también como hombre, padre, líder de familia, creyente y respetuoso de la espiritualidad. Todo lo descrito, más su decidido acto heroico en los mares del norte, hizo que todo un país se movilizara, tras la causa de la hasta entonces impopular guerra para la mayoría del pueblo, lo que derechamente provocó el triunfo nacional.
Hoy la pandemia por si sola ya es impopular, pero más que esto, lo son muchos de los sesudos representantes del pueblo, que alegan por todo o por nada, que obstruyen toda iniciativa que emane del gobierno, que no mueven un dedo por menos de 10 millones mensuales, y que hace 6 años están tratando de ponerse de acuerdo para rebajarse los sueldos a montos más racionales a la proporción y pega del país, los que por sus intereses particulares o políticos se han hecho tan indeseables por la gente en general, que no los seguirán ni en un viaje turístico; pagado, al cielo. Pero, por el otro lado, también se tiene que considerar que el aparato de gobierno tiene sus yayitas, aunque no lo ha hecho mal en el tema global, por sus dudas y debilidades en sus mensajes, el pueblo con razón opina, que improvisa más que relator deportivo en partido de fútbol en hora de penumbras, lo que, así como van las cosas del virus, no vaticina nada bueno para el país en futuro próximo o lejano.
Hoy todos; en las esferas públicas y políticas, hablan de que hace falta unidad para enfrentar responsablemente la pandemia, pero cada uno la quiere a la pinta de uno y a su gusto, olvidándose o ignorando siempre el sentir del pueblo que solo pide una real unidad entre todos los chilenos ante esta crisis. Ya es la hora que terminemos con las duplas de oro de nuestra historia patria de antaño. No más O’Higgins versus Carrera; Balmaceda versus Montt; Alessandri contra Ibáñez y viceversa; Pinochet contra Allende y su U.P., y Piñera contra todo los que ya sabemos. Ante estos negativos ejemplos recordemos, por último lo que dijo el Presidente Aylwin en el Estadio Nacional el día de la toma de posición del cargo “Chile es uno solo, civiles o militares, uno solo”. Ese es el mismo Chile que necesitamos ahora para defendernos de esta horrible pandemia, el mismo Chile, por el cual el entonces Capitán Prat saltó al abordaje desde la Esmeralda, “Un Chile Unido y de Todos”.