Con aportes del municipio andino y la Subsecretaría de Prevención del Delito, un equipo interdisciplinario -actualmente integrado por una psicóloga, dos trabajadoras sociales y un monitor deportivo- trabaja con jóvenes de entre los 10 y los 17 años que han protagonizado conductas trasgresoras, constitutivas o no de delitos.
El programa surgió el 2013 desde la Oficina de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Los Andes, como iniciativa de intervención psicosocial para niños, niñas y adolescentes. El 2014 logró ser incorporado –gracias a sus buenos resultados- en el Plan Comunal de Seguridad Pública (PCSP) impulsado por el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.
Según destaca Ivonne Rosas -coordinadora del PCSP en Los Andes- estando en ejecución, la reincidencia de los jóvenes participantes en el programa ha sido cero (0%), demostrando una gran efectividad. Hoy son 40 los casos que están siendo atendidos directamente, alcanzando también su entorno familiar, escolar y comunitario. La mayoría de los beneficiarios tienen entre 13 y 17 años, son infractores de ley, han desertado de su escolaridad, consumen drogas y -en algunos casos- también trafican. Muchos sufren desadaptabilidad familiar y vulneración de derechos.
Los casos llegan a través del programa 24 horas de Carabineros o derivados desde establecimientos educacionales, aunque también existe demanda espontánea. Se comienza el proceso de apoyo con una visita al hogar, buscando un acercamiento al entorno. Tras una evaluación diagnóstica, se interviene a través de una dupla profesional compuesta por una psicóloga y una trabajadora social, quienes van documentando los avances observados. La clave del éxito está en lograr un vínculo entre la dupla psicosocial y la familia.
Las cifras del programa indican que el 2014 se atendieron 84 casos. El 2015 se llegó a 103 y este año ya se han recibido 37 derivaciones. La evaluación es contundente: durante la vigencia de la iniciativa, no se han registrado reincidentes.
En el proceso, aprenden a comunicarse de una forma más clara y respetuosa, desarrollando vínculos sanos con su familia y con su entorno. Algunos se han reinsertado en el sistema educativo, logrando potenciar sus factores de protección y, al mismo tiempo, reducir los de riesgo. Con estos cambios, el programa logra aminorar los elementos sociodelictivos que pueden presentarse en la conducta de jóvenes que viven en contextos de vulnerabilidad.
Y aunque la receta parece simple, no está exenta de complejidades. Los ingredientes principales son: Fomento de factores protectores familiares y comunitarios; detección temprana de la deserción escolar; derivación a la red de salud ante consumo problemático de drogas y/o alcohol; establecimiento de vínculos comunitarios sanos y prevención en la comunidad estudiantil.
Desde Los Andes, “24 Horas, Desafío Adolescente” ha logrado constituirse en una experiencia modelo a nivel nacional. Sin duda, un aporte silencioso, pero efectivo, a la seguridad en nuestra comuna.