8 de Enero, el Voto Femenino

8 de Enero, el Voto Femenino

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Por: Eugenio Astudillo Leal.

Desde la década del 1920 el voto femenino fue motivo de muchas discusiones y debates a nivel político nacional. La oposición de los partidos que hoy se dicen progresistas, y de bases izquierdistas, no querían por nada del mundo el sufragio de las mujeres, porque las encontraban muy conservadoras y seguidoras del clérigo de entonces, razón por la cual se retardó por muchos años ese pleno derecho que hoy es habitual para todos los ciudadanos y ciudadanas de Chile.

En ese tira y afloja, como prueba, y con su qué, en el año 1934 se concede el derecho a las mujeres chilenas a votar en las elecciones municipales del país, para tantear la cosa. Tuvieron que pasar varios años más para que un día 15 de diciembre del año 1948, el Congreso aprobara en general el proyecto de ley que permitía ampliar el voto femenino a otros cargos políticos, para que en fecha 21, de ese mismo mes, fuera por fin oleado y sacramentado en su último trámite en el Senado de la República.

Fue así, como un 8 de Enero del año 1949, en un acto público en el Teatro Municipal de Santiago, encabezado por el entonces presidente radical don Gabriel González Videla, con la presencia de varios ministros y otras autoridades de la época, se promulgará la ley que permitía el voto político de las féminas, pudiendo desde entonces en plenitud, elegir Diputados, Senadores y Presidente de la República.

Las chiquillas, ya autorizadas participaron en el año 1952 en la elección presidencial en donde fue elegido presidente don Carlos Ibáñez del Campo, llegando en el año 1970 a la paridad de votos con los hombres en los Registros Electorales, , y eligiendo a la primera mujer presidenta en el año 2006.

Entre los años 1877; en que una Ley autorizó el acceso a las mujeres a la educación superior, y el año de la promulgación del voto amplio, varias instituciones femeninas fueron organizadas en el país, como; Las Mujeres Libres Pensadoras de Valparaíso, Circulo de señoras lectoras, Club de señoras; ambas de Santiago, Asociación de Mujeres Universitarias de Santiago, y varias otras instituciones de otras provincias, quienes poco a poco fueron reivindicando sus derechos, hasta llegar al día de hoy, totalmente empoderadas, en que no solo votan por los cuadros políticos del país, sino que también mandan hasta en la casa, en donde tienen plenos poderes para elegir, revocar y mandar al marido.

En el proceso del primer voto limitado que tuvo la mujer en nuestro territorio, que permitió que votaran en las elecciones municipales del año 1935, tuvo una destacada participación la distinguida señora, Abogada, descendiente de italiana; Dona Elena Caffarena Morice, nacida en Iquique el año 1903, que se recibió de litigante en el años 1926, siendo una de las primeras 15 juristas del país. Además, en su trayectoria fue miembro de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), fundo el Movimiento de Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH), y publicó entre otros un libro “Capacidad de la mujer casada respecto a sus bienes”. Esta destacada mujer murió en el 19 de Julio del año 2003.

Otra mujer importante, en la consecución del amplio voto femenino, fue la señora María de la Cruz, que en el año 1946 participo en la fundación del segundo Partido Feminista de Chile, desde donde fue parte del comando del entonces candidato a mandatario Ibáñez del Campo, ganado además el sillón parlamentario dejado por don Carlos tras su elección de presidente, en la elección complementaria, en el mes de enero del año 1953, siendo desde entonces la primera Senadora Femenina de Chile.

En realidad hubo muchas mujeres más involucradas al máximo con la reivindicación de los derechos femeninos que hoy se ven como normales, pero que con la cultura de antes, fueron difíciles de lograr ante los tozudos hombres y sus cálculos políticos. Para todas ellas nuestro respetuoso reconocimiento por sus avances de género, sobre todo el derecho a elegir, y un recuerdo importante para esta fecha relevante, en donde se dio un gran paso en el reconocimiento del gran valor que tiene la mujer en todo el universo, principalmente entre nosotros, los hombres, desde siempre sus amantes esclavos.

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