Por: Alonso Retamales Campos, presidente provincial Los Andes del PPD
Ya está claro que en este segundo gobierno del Presidente Sebastián Piñera, al menos este 2019, los “Tiempos Mejores” no van a llegar y, peor aún, todo indica que el cumplimiento de las expectativas económicas y sociales levantadas por el mandatario se aplazarán por tiempo indefinido.
Producto de este complejo escenario autoprovocado, hasta las encuestas “amigas” del oficialismo, muestran que la caída en la popularidad de Piñera y su gobierno pareciera no tener piso. Y en nuestra provincia de Los Andes, hay razones de sobra para el descontento.
En su reciente Cuenta Pública, el presidente se olvidó no sólo de Los Andes, sino de Aconcagua completa. No hubo novedades que permitan albergar esperanza en alguna inversión importante para el desarrollo de nuestra zona, ni en el corto, ni el en el mediano plazo. Estamos notificados, a este gobierno, no le importamos.
El desempleo y la baja inversión tienen a nuestras comunas en una situación complicada. Mientras, los municipios hacen lo que pueden para afrontar este sombrío panorama con los pocos recursos que les llegan. De políticas sociales, ni hablar. El discurso piñerista, tan agotadoramente repetitivo como vacío de realidad, sólo contribuye a la irritación de la ciudadanía, incluyendo a muchos de los que entregaron su voto al presidente “de los mejores”, esperanzados por sus promesas que hoy se desmoronan.
No obstante, al mal tiempo, buena cara. Desde la oposición, tenemos una responsabilidad ineludible con nuestro país, un desafío que nos debe llenar de entusiasmo. La unidad para afrontar las nuevas y crecientes demandas sociales, debe ir acompañada de una profunda autocrítica y capacidad de renovar liderazgos.
Nuestras banderas progresistas están resistiendo el avance del extremismo de derecha en todo el mundo, incluyendo nuestro continente. En Chile, el populismo ultraconservador se infiltró hace rato en los pasillos de La Moneda y del Congreso. Debemos detener su peligroso avance, ofreciendo alternativas reales de progreso económico, seguridad ciudadana, estabilidad social, libertades civiles, sustentabilidad ambiental, profundización democrática, combate a la corrupción, eficiencia en el Estado, entre muchas otras causas que aguardan por su momento.
Miramos con interés la experiencia mexicana, con López Obrador, también la España de Pedro Sánchez y otros ejemplos de políticas progresistas que están obteniendo admirables resultados en Portugal, Uruguay, Nueva Zelanda, entre otros. Asimismo, en nuestro país, tenemos un camino inconcluso que retomar, para profundizar lo bueno, mejorar lo deficiente y cambiar lo malo. Desde Los Andes, demostraremos que cambiar un gobierno de pocos, por uno de muchos, se puede.
