Por: Estanislao Muñoz.
En San Felipe no hablar para Navidad de los peregrinos que van a Andacollo, es como no conocer el Valle. Antigua tradición de los hijos de esta tierra. Cuentan que por allá por 1930, se embarcaban en barco hasta Coquimbo para luego ascender hasta Andacollo, allá cerquita del cielo. Los que lo hacían en vehículo, se demoraban tres días en llegar. Los antiguos recordarán a Don Eulogio Caballero en su burrita Ford A del año 1930 recorriendo esos polvorientos y calurosos caminos del Norte Chico.
Pero dejemos la historia y vamos a lo que nos convoca. Tiene sentido peregrinar a Andacollo, cuando podemos visitarla por internet y recorrer a gusto la Iglesia Grande y detenernos a orar frente a la imagen de María ,y la manda, hacemos una “Trasferencia Bancaria” y asunto arreglado. Más fácil, más rápido, menos costo y sacrificio. Pero parece que la cosa así no resulta. El peregrinar a un Santuario, ya sea a pie, auto, bicicleta, etc. tiene por supuesto un sentido de traslado, de un salir de lo mío, de un ir a, de una visita, de un ir para hacerme presente, de hacer un camino, con un objetivo, y en ese caminar ,se debe pensar, reflexionar, meditar y orar en ese encuentro que voy a realizar, que en este caso es con María, la mama de Jesús, pues es Ella quien siempre me lleva a Él, y si no he entendido esto, no he entendido nada y mi caminar será sin sentido. Podrá ser un hermoso y relajante paseo, comeré mariscos en Tongoy, lo cual no es malo, pero solo será eso, un lindo y caluroso paseo. En este caminar deberé descubrir el papel de mediadora de María, Ella como mama de Jesús intercede ante su hijo. Nosotros le pedimos, pero que le ofrecemos ¿O somos tan torpes que creemos que amarramos un contrato con una pocas monedas ¿ Yo te doy si tú me das. Acaso María puso condiciones cuando el Ángel le anuncio que sería la Madre del Mesías, del Emmanuel, el Dios con Nosotros? Podría haber dicho: 6 meses de pos-natal, un ajuar para el chiquillo, Clínica Privada en Jerusalén, etc. Solo dijo: “Esta es la servidora del Señor, que se haga su voluntad”. Como vemos, la actitud de María es bastante diferente, actitud de servicio, de prestarse para el plan de Dios, sin condiciones y nosotros ponemos condiciones y precio. Días atrás la televisión, tan dada a presentar truculencias, nos mostraba a unos peregrinos entrando de rodillas a otros de guata, con velas en las manos quemándose los dedos con la esperma al templo en Lo Vásquez. Servirán para algo esas manifestaciones tan poco cristianas y más bien con un tinte masoquista o de complejo de culpabilidad ¿Los profetas nos vienen repitiendo hace siglos : “No quiero sacrificios, sino corazones arrepentidos”. Esos que se han raspado la guata, las rodillas y otras partes del cuerpo entrando al templo, que pensaran de la relación con su esposa, como atenderán a sus chiquillos, serán serviciales con sus vecinos, en la pega se preocuparan de sus compañeros, darán un buen ejemplo en la comunidad donde viven, que papel jugaran en su comunidad cristiana, en su parroquia, en la capilla de su sector, harán alguna labor social con los más necesitados, visitaran a algún abuelo solitario que requiere que le escuchen sus historias añejas y repetidas ¿Andacollo está en lo alto, en los cerros, cerquita del cielo, pero María y Jesús no están en las nubes, están en tu prójimo, en tu próximo, el que está al lado. No hay que mirar para arriba, hay que mirar para el lado, para poder encontrarlo. Pero las alturas te sirven para tener una visión más amplia y poder ver las cosas y la vida y tu vida con otra perspectiva y desde allí, desde lo alto miraras para atrás y veras en que has errado, en que te has equivocado, en que has pecado, que has dejado de hacer por el otro y María te indicara como enmendar rumbos en el año que va a empezar. Navidad es donde nace la esperanza y el Año Nuevo, debe ser nueva Vida. Luego bajaras de lo alto con una nueva mirada y un nuevo objetivo y así tu caminar no habrá sido en vano ni un paseo sin sentido. Este año no le pidas a María de Andacollo, ofrécele, ya que el Papa, lo ha declarado como “El año de la Misericordia”, ofrécele eso, ser Misericordioso con tus semejantes, no juzgar al otro, que el servicio al otro marque el nuevo año, en especial con los mas cercanos, y veras que María, te va a sonreír.