El cáncer de mama es el cáncer más frecuente en las mujeres a nivel mundial, donde una de cada ocho lo desarrolla. Esta cifra revela la necesidad de la detección precoz de la enfermedad a través de una mamografía anual. En este sentido, el Dr. Claudio Rath, ginecólogo especializado en mamas de Clínica Ciudad del Mar, explica la importancia de conocer nuestro cuerpo, las señales que presenta y las medidas que hay que tomar oportunamente para detectarlo.
En Chile, se estima que 31 de cada 100 mil mujeres son víctimas de esta enfermedad, que encabeza los índices de mortalidad y contra la que se lucha cada día a nivel internacional. El 90% corresponde a mujeres mayores de 50 años.
El cáncer de mama corresponde a una enfermedad neoplásica, es decir, aquella donde hay una multiplicación y un crecimiento descontrolado de células malignas en los tejidos del seno, lo que provoca una alteración en el funcionamiento del organismo interno de la mujer y que puede derivar en la muerte.
Pese a que afecta principalmente a mujeres sobre los 50 años, también hay casos donde la enfermedad se presenta a muy temprana edad, sin antecedentes de riesgos claros que lo determinen. En ello radica la importancia de la detección por medio de exámenes oportunos.
“A partir de los 40 años se recomienda a toda mujer a que se realice una mamografía en forma periódica, de modo que nos permita diagnosticar la existencia del cáncer en una fase inicial, es decir, cuando aún no es clínicamente palpable. Así se podrá actuar con un tratamiento a tiempo. La mamografía, año a año, nos permite establecer la existencia o no de cambios o anormalidades con el tiempo”, señala el Dr. Claudio Rath, ginecólogo de Clínica Ciudad del Mar.
Si bien es cierto que el cáncer de mama aqueja principalmente a las mujeres, también puede desarrollarse en varones, representando el 1% de todos los casos. Este mal afecta, en su mayoría, a hombres de edad avanzada y que tienen otras patologías crónicas asociadas.
Síntomas y tratamiento
Las señales que indican la presencia de este mal son variados. Pero hay particularidades en cada caso y depende del estado de desarrollo de la enfermedad, sobre todo cuando ya hay un avance importante. Sin embargo, existen manifestaciones a las que hay que prestar atención, como:
• Cambios en el tamaño y forma de la mama
• Cambios en la forma y dirección del pezón, además de sangrado del mismo.
• Aparición de ganglios (bultos) en la mama y/o axila
• Inflamación
• Dolor en la zona de los pechos
• Alteraciones de color en la piel
“La presencia de alguno de estos síntomas no quiere decir que una mujer tiene cáncer, pero sí es importante estar atentos a la evolución que podrían tener. Si después de dos semanas persisten, es aconsejable visitar a un especialista”, enfatiza el Dr. Rath.
Respecto al tratamiento de esta patología, el ginecólogo de Clínica Ciudad del Mar es categórico en señalar que se debe abordar bajo un enfoque multidisciplinario, donde diferentes especialistas trabajen para dar una atención más completa. Así, la base del procedimiento actual del cáncer de mama es la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia, las cuales se combinarán de acuerdo a cada paciente según su etapa. Es importante resaltar que las decisiones clínicas respecto al tratamiento de cada paciente son avaladas por un comité oncológico.
¿Se puede prevenir el cáncer de mamas?
Este tipo de cáncer no se puede prevenir, pero sí se pueden tomar medidas para detectarlo a tiempo. La recomendación principal es realizar el tamizaje mamario, o sea, el uso de estudio por imágenes, como la mamografía, tomosíntesis y ecografía mamaria. “En general, se indica su uso a partir de los 40 años, pero las guías internacionales tienen diferencias respecto a la edad de inicio y la periodicidad de ésta. El uso de tamizaje reduce la mortalidad por cáncer de mama en un 19%”, explica el experto en mamas de Clínica Ciudad del Mar.
Por ello es que el Dr. Claudio Rath, hace un llamado a las mujeres a estar pendientes de las señales que presenta su cuerpo y a consultar con algún especialista apenas noten algo fuera de lo normal, sobre todo a partir de los 40 años.