Por: Carolina Navarro Klenner Académica Escuela Nutrición y Dietética U. Andrés Bello
La teoría de que algunas personas pueden desarrollar una adicción a los alimentos ha sido muy debatida en los últimos años. No hay consenso sobre un término y una definición para describir patrones de hábitos de alimentación de tipo adictiva, aunque estos patrones se han asociado con depresión, efecto negativo, desregulación emocional, entre otros.
Entre las hipótesis de la adicción a la comida, una de ellas postula que ciertos alimentos, especialmente los alimentos altamente procesados con alto contenido de azúcar, sal, y / o grasa, desencadenan procesos y síntomas fisiológicos, similares a los causados por la adicción a las drogas.
Respecto a cómo se manifestaría esa adicción, se puede mencionar síntomas como antojos, síntomas de tolerancia, abstinencia, y angustia asociados. Esta dependencia se debe en parte, a que dichos alimentos activan el sistema de recompensa cerebral de manera similar a las drogas. Esto genera la liberación de ciertos neurotransmisores como la dopamina, la cual desencadena una necesidad de repetir la conducta.
En la medida que el paciente aumenta el tejido graso y se hace más obeso, la regulación de hambre y saciedad no funciona, está desregulada, por lo que el cerebro en vez de decir ‘no coma más’, envía señales y hace que la persona coma más y consuma más alimentos energéticos.
El tratamiento debe ser manejado por un equipo multidisciplinario y se recomienda a los pacientes no tener a mano alimentos altamente procesados con gran cantidad de sellos, sino que optar por alimentos más naturales, una dieta equilibrada y comer más veces al día, para evitar el ayuno prolongado.