Por: Dr. Denis Panozo
El primero de octubre se conmemorará el “Día Internacional de las personas de Edad”, establecido en 1990 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. La celebración a nivel global de esta fecha, refleja el gran interés que ha despertado este grupo etario. Un interés que no es casualidad, consecuencia del aumento de la esperanza de vida, en las últimas décadas la población mayor de 60 años, ha experimentado un crecimiento exponencial desde el punto de vista demográfico, pasando de 200 millones de personas en el mundo, en el 1950, a 500 millones en 1997. Para el 2025, en tanto se estima que grupo estará conformado por 1200 millones de personas alrededor de todo el planeta.
Chile como toda nación en desarrollo, su población envejece, situación que se observa tanto en las zonas urbanas como rurales. Según el censo 2002, los adultos mayores constituyen un 11,4% de la población del país, lo que equivale cerca de 1,7 millones de habitantes, y se prevé que para el año 2025 serán unos tres millones.
Las principales inquietudes y necesidades que se manifiestan en esta etapa de la vida, es el miedo a la soledad, de ahí la importancia de que puedan sentirse parte de algo y crear redes de apoyo. Es muy importante el encuentro con otros adultos mayores, pero también con otra generación. Es decir no sólo juntarse entre ellos mismos, sino que compartan además con gente más joven y puedan ser un modelo a imitar, de esta manera los adultos mayores tienen una gran responsabilidad para con las futuras generaciones.
Otro temor que aparece en la tercera edad es el de llegar a ser dependiente. Por esta razón es fundamental preocuparse de tener estilos de vida saludables y del control de las enfermedades propias del adulto mayor, especialmente crónicas, como la hipertensión, diabetes y dislipidemia entre otras.
El Envejecimiento Activo es el proceso de optimización de las oportunidades de salud del adulto mayor y comprende aspectos de participación y seguridad, con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen. Este concepto creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) permite a las personas realzar su potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo de todo su ciclo vital, para así tomar parte en la sociedad de acuerdo con sus necesidades deseos y capacidades. El término “activo” apunta a una participación continua en las actividades sociales, económicas, culturales, espirituales y cívicas y no sólo a la funcionalidad física. Un elemento que nos mantiene activos es poder hacer cosas, poder ser autovalentes, ir donde queremos ir. Esto pasa por cultivar estilos de vida saludables y preocuparse del cuidado de patologías, pero también supone luchar, desde el punto de vista anímico y de la personalidad, por crear espacios participativos bajo un liderazgo: con algo que decir, con algo que aportar, eso es seguir participando en sociedad y ser parte de ella. Aportar no solo significa producir dinero o seguir trabajando; significa ser parte de la sociedad a través de distintas instancia: voluntariado, recreación, arte, etcétera. Darse el tiempo para decir “aquí estoy”…esto implica una cohesión para decir “tenemos algo que hacer en este mundo todavía, y mucho”.
El Sedentarismo, el no hacer ejercicios es la principal falta que se comete en los adultos mayores. Hay que tener claro que si no hacemos ejercicios, no estamos moviendo ni el cuerpo ni el alma esto nos lleva a ser dependientes y depresivo. El mejor medicamento, o el fármaco más mal utilizado, es el ejercicio, y es la píldora de la eterna juventud. Treinta minutos al día, ojala todos los días de la vida, son el principal ataque a la discapacidad y a la dependencia. Eso evitaría muchas de las patologías que nos pasan la cuenta al final de la vida.
La incorporación plena de los adultos mayores, exige que ellos sen capaces de desarrollar habilidades sociales, como asertividad, liderazgo, buen humor y disposición al cambio. Asumir los aspectos que son parte del destino y que no podemos cambiar, y luchar por los problemas que sí podemos cambiar. En este punto deben tener confianza, de que hay instancias que los pueden reunir, pero es algo que pasa también por la voluntad de ellos mismos. Los adultos mayores están llamados a asumir, un papel activo dentro de su propio envejecer; que no todo sea recibido como un designio, sino que ellos asuman un gran rol en esto, que pasen a ser actores de un mejor envejecer. El envejecimiento activo es un concepto que parte desde la cuna. Hay que cuidarse antes, hay que tener estilos de vida saludables desde siempre, no tratar en los últimos 10 años de cambiar lo que no hemos hecho en los 70 anteriores. El objetivo final de este cambio es que todos podamos llegar a ser protagonistas de nuestras vidas, en lugar de espectadores de la sobrevida.