Entidad reúne a esposas de trabajadores de Codelco División Andina
La organización, desde el año 2010, ha colaborado con el establecimiento a través de mejoras en la sala de estimulación kinesiológica, el desarrollo del proyecto “Casa Funcional” y compra de equipos deportivos y medicamentos, entre otros.
Nancy Suárez, tiene 20 años y participa activamente del taller de repostería de la Escuela Valle Andino. Con insistencia pide que la entrevisten y nos comenta todo lo que aprende en la cocina. “Hacemos queques, kuchen, pan de huevo, pizzas, galletas, y completos. Me gusta harto venir para acá porque la tía es muy buena y mis compañeros comparten conmigo”.
Nancy, junto a otros 81 niños, niñas y jóvenes con capacidades diferentes, integra el establecimiento que desde el año 2010 recibe la colaboración de la Agrupación Pro Ayuda al Menor que reúne a esposas de trabajadores de Codelco División Andina. La presidenta de la entidad, María Elena Benítez, explica que la ayuda surge de la búsqueda de un destinatario solidario a quien atender y a las múltiples necesidades que presenta la escuela.
“La agrupación nace en Saladillo en el año 1980, cuando un grupo de mujeres se reúne para ir en ayuda de la escuela de Río Blanco que fue destruida por un aluvión. Luego, en Los Andes deciden colaborar permanentemente con la casa de menores del SENAME, debido a su traslado a San Felipe ponemos nuestros ojos en la escuela especial para que no muriera nuestra organización”, comenta Benítez. La entidad es integrada por doce personas.
El director de la escuela Valle Andino, Álvaro Fernández, sostiene “que el financiamiento que tenemos es menor a las escuelas regulares, eso nos obliga a buscar ayuda externa y nos encontramos con esta agrupación que lleva años beneficiándonos, supliendo las carencias que tenemos”.
Uno de los focos de la colaboración ha sido la implementación de la sala de kinesiología, además de la entrega de elementos como piscina de pelotas, televisión y video juegos para trabajos de actividad física recreativa, colchonetas y materiales de apoyo para las posturas de los alumnos. “El aporte que realiza la agrupación son los materiales e instrumentos que necesitamos para el proceso de evaluación, rehabilitación y terapia que realizamos como acompañamiento al proceso educativo”, subraya la kinesióloga Paula Smith.
TALLERES LABORALES
La escuela desarrolla varios cursos y talleres laborales para la inclusión de sus alumnos. Por ejemplo, el de repostería, necesitó para su implementación artefactos de cocina, muchos de ellos donados por de la Agrupación. Gilda Salinas, educadora diferencial de la escuela, explica “que el trabajo en la cocina les sirve mucho a la independencia, a la capacidad de cada uno, para que se desenvuelva mucho mejor, tanto en el colegio, como en la casa”.
Para el desarrollo de la motricidad fina, ocho alumnos participan del taller de costura, cuyas máquinas de coser, materiales y mantenciones fueron financiados por la agrupación. “Nos hemos enfocados en la confección de individuales, y ahora en bolsas reutilizables para poder venderlos”, comenta Carolina Arriagada, educadora diferencial.
El financiamiento se extiende, además, a talleres de yoga, zumba y una vez al año hacen operativos de belleza que llenan de alegría a estudiantes, incluso para apoderados.
Casa funcional
Escuela, agrupación y gobernación de Los Andes, en 2013 impulsaron un proyecto de la Feria del Libro que permitió la implementación de una iniciativa pionera, dentro de este tipo de establecimientos: la Casa Funcional. Un espacio adecuado y equipado para que los alumnos puedan aprender a desarrollar actividades domésticas cotidianas que, por un lado, mejoran su autonomía y, por otro, favorecen el desarrollo de su motricidad. María Elena, cuenta con orgullo que solo existen dos casas de este tipo en el país. “Hemos aportado porque nos parece importante que los niños dispongan de materiales de una casa, y puedan conocer y realizar actividades de la vida diaria”.