El trabajador de la división Andina de Codelco y socio del Sindicato Industrial de Integración Laboral SIIL, viajó en sus vacaciones a la zona de Santa Lucía afectada por el aluvión junto a un grupo de Bomberos de la Tercera Compañía de Los Andes, quienes son especialistas en rescate agreste, colaborando con las labores de búsqueda de desaparecidos, donde incluso pasaron la festividad del año nuevo trabajando en la zona afectada.
El pasado sábado 16 de enero un aluvión cambió completamente el panorama en la villa Santa Cecilia de la localidad de Chaitén en el sur del país un lugar de difícil acceso y que dejó hasta ahora más de 15 fallecidos y otras tantas personas desaparecidas, aunque se presume podrían haber más víctimas, dado el gran número de extranjeros que llegan a la zona durante el verano.
Ello motivó un arduo trabajo de los equipos de emergencias a nivel país, el cual se mantiene hasta el día de hoy, en donde un grupo de bomberos especialistas de Los Andes en rescate agreste viajó hasta la zona con la misión de colaborar con las tareas en las cuales participó Alejandro González, un joven de 33 años, padre de familia, trabajador de la División Andina de Codelco y socio del Sindicato Industrial de Integración Laboral SIIL, quien junto a sus compañeros decidió sin dudarlo, no pasar la celebración de año nuevo con su familia y ocupar tiempo de sus vacaciones para ir a ayudar a la zona afectada por la tragedia que dejó el aluvión.
Fueron precisamente 16 los voluntarios andinos que viajaron hasta el sur, 14 de la Tercera Compañía y 2 de la segunda Compañía de Bomberos de Los Andes, todos ellos especialistas en rescate de montaña, los que cuentas con equipo de seguridad y ropa técnica que les permitirían desarrollar un buen trabajo en la zona más alta que afectó el aluvión.
En este sentido, la experiencia de uno de los miembros de este equipo, Alejandro González , quien también tuvo que participar, eso si por razones familiares, al ser oriundo de Diego de Almagro en la tragedia del aluvión ocurrido en marzo del 2015 en esa zona y que aún tiene personas desaparecidas, fue de mucha ayuda, pues los conocimientos adquiridos tanto como bombero, como las capacitaciones que ha tenido en la empresa minera, permitieron que se aporte fuera más allá y pudiera incluso operar maquinaria pesada que avanzaba mucho más en la búsqueda de personas desaparecidas.
Según comentó el voluntario Alejandro González, “fue una experiencia dura, donde se trabajó mucho buscando personas desaparecidas. Se realizaron una gran cantidad de trabajo que permitieron dar frutos para aportar un granito de arena en la zona afectada, donde el aluvión fue impresionante y es imposible dimensionar las cosas como se ven por ejemplo en televisión”.
Vocación de Servicio
Las motivaciones de los bomberos por ayudar, van más allá de cualquier tema anexo a sus vidas, ya que en esta ocasión postergaron estar con sus familias en la celebración de año nuevo por estar en Santa Cecilia desde el 26 de diciembre hasta el 4 de enero colaborando, durmiendo solamente un par de horas al día y trabajando sin parar.
“Me siento orgulloso y contento por el trabajo realizado en una zona devastada, donde mi familia ha sido un gran apoyo y siempre me han apoyado los 5 años que llevo como bombero. Donde allá se formaron equipos con los otros equipos de emergencia y hasta con familiares que buscaban víctimas entre el barro y los escombros. En mi caso mi esposa (Hellen Cortés) me dijo esta es tu pasión y anda, por lo que este apoyo es vital y da fuerzas para ir a colaborar con la gente afectada”, dijo Alejandro González quien también tiene dos hijas, Valentina de 3 años y Sofía de 1 año.
Lo provechoso de esta experiencia, además de colaborar en las labores de rescate, es que los bomberos andinos quedaron bien considerados y evaluados por los equipos de emergencia a nivel nacional, donde hay profesionales quienes aportaron con su experiencia y capacidades en la zona, lo que se notó en la despedida, donde los familiares ellos en cada minuto colaboraban con los equipos de emergencia de manera incansable.
“El ver a la gente buscando familiares durante todo el día, a veces sin resultados, hace que sea más fuerte seguir trabajando para ayudar a la gente de Santa Lucía que el cansancio físico y nos motivaba a seguir poniéndoles el hombro a las labores”, sostiene aún impactado Alejandro González.
Bombero, minero y persona
La experiencia laboral sin duda que aporta en este tipo de circunstancias, siendo así como este operador especialista del grupo 4 en el área de hundimiento, quien trabajó en el Salvador desde el 2008 y que llegó a Los Andes hace unos 5 años, señala que las capacitaciones realizadas en Codelco, le permitieron esta vez aportar un poco más, pues habían maquinaria pesada en la zona, pero no así operadores, por lo que tuvo que ir más allá y coordinado con los demás equipos de emergencia, tomó una retro excavadora durante los diversos turnos que se habían programado que les permitió a su unidad avanzar más rápido en las labores de búsqueda y ello era agradecido por las personas que buscan aún incesantemente a sus familiares.
“Lo aprendido en minería y en mi pega, lo pude aplicar en esta ocasión, ya que me pidieron una prueba del manejo de estos equipos, por lo que se podía ayudar en varios puntos de la zona, haciendo más allá de lo que íbamos como grupo de bomberos. Por lo que nos vinimos tranquilos y contentos porque lo dimos todo por ayudar”, dijo González.
Pero sin duda, el plano personal es lo que más afecta a los voluntarios de bomberos, donde la experiencia de este minero y bombero, pasó por una situación personal, ya que lo que más lo impactó fue ver a niños de tres años (la misma edad que su hija) estar durante todo el día en la zona viendo como sus familiares buscaban desaparecidos, todo bajo una incesante lluvia que complicaban las labores de búsqueda, pero que no impedía que las familias se mantuvieran allí esperando novedades.
Si bien tras esta experiencia, aún queda mucho trabajo en la zona de catástrofe, donde aún hay gente desaparecida y que probablemente es pueblo de Santa Cecilia sea removido y desaparezca para siempre, la labor de un grupo de bomberos andinos aportó un granito de arena a un gran trabajo que realizan los equipos de emergencia en la zona, que lo único que buscan es tratar de entregar un poco de tranquilidad y consuelo a aquellas personas que viven en el lugar y que buscan a sus familiares, donde si bien quedan pocas víctimas por las denuncias de presunta desgracia que se presentaron, no se descarta aún que puedan haber más víctimas por gente extranjera que no se sabe su paradero y que podrían estar de paso en la zona, justo cuando ocurrió este aluvión.