Por: Liliana Peredo Silva Académica Escuela Química y Farmacia U. Andrés Bello
Entre los medicamentos más vendidos el año pasado estuvieron el paracetamol, el ibuprofeno, el migranol y el ketorolaco.
Es por esta razón que una de las preocupaciones es la automedicación. Si bien para algunos, el consumo de analgésicos, pueden resultar inofensivos, lo cierto es que existe una serie de mitos y verdades que se deben conocer.
Es verdad que los analgésicos pueden generar adicción, pero depende del tipo de analgésico que se administre. Los analgésicos opioides como tramadol y la morfina, uno de los más potentes, pueden llegar a producir riesgo de adicción, incluso cuando son utilizados en periodos cortos de tratamiento.
Es un mito sostener que las dosis para controlar el dolor son similares en todos los pacientes, ya que esto dependerá de las características de cada paciente como edad, patologías de base, intensidad del dolor que manifieste y tipo de dolor que presente. Por lo tanto, la dosis a utilizar debe ser indicada correctamente por un médico u otro profesional calificado.
Creer que los analgésicos son para todos los dolores también es falso, ya que dependiendo de la causa que esté originando el dolor, se debe indicar el tratamiento más adecuado
Es importante destacar que, uno de los analgésicos más utilizados, el paracetamol, es el fármaco que ha demostrado desarrollar hepatotoxicidad como efecto adverso en un alto número de pacientes debido a su mal uso. Esta hepatotoxicidad suele desarrollarse cuando se consume por sobre la dosis máxima diaria recomendada, la cual equivale a 4 gramos, por un periodo prolongado. Además, este cuadro se puede agudizar si este fármaco es administrado en conjunto con otro tipo de sustancias que puedan dañar el hígado, como lo es el alcohol.