Dr. Denis Panozo Villarroel
Lamentablemente hoy existe una epidemia que tiene en forma silenciosa, con ansiedad, pena insomnio y hasta crisis de pánico a toda la comunidad andina y en verdad a toda la población de nuestro país y el mundo. Esta patología que ha avanzado y ha destruido la mayoría de las fortalezas anímicas, ha logrado que la gente pierda su tranquilidad y su vivir, el cada día se ha trasformado en un tormento que ha logrado quebrar el buen pasar y la serenidad para enfrentar las malas vibras.
La Ansiedad Social es una condición que trasciende la timidez como rasgo de la personalidad, produce un enorme sufrimiento y una limitación significativa en el desempeño académico o laboral, en la conformación de la pareja y familia, las personas afectadas tienen una alta probabilidad de presentar otras condiciones siquiátricas, como depresión, mayor trastorno de pánico y agorafobia (angustia o miedo antes espacios despejados, plazas, avenidas) y además como ocurre con todos los trastornos por ansiedad, aumenta la probalidad de suicidio en pacientes con depresión y tienen mayor riesgo de consumir alcohol en exceso, así como de otros psicotrópicos.
Los pacientes con ansiedad social se limitan en su vida social, por ejemplo ser presentado ante otros, ser observado haciendo algo, ser objeto de una broma, hablar en público, etc.
La intensidad puede ser variable para ser reconocido como un trastorno, se requiere que genere sufrimiento significativo o algún grado de incapacidad, es decir que interfiera en las actividades laborales, académicas o sociales.
Actualmente estamos atravesando momentos difíciles, porque nos sacaron de nuestro vivir diario, nos confinaron a nuestros domicilios, cambiando nuestra rutina, no vamos a nuestros trabajos, y al igual que el comercio y las entretenciones todo está cerrado, por lo cual el caldo de cultivo esta dado para que aumente la ansiedad social.
