Aprendiendo de pandemias

Aprendiendo de pandemias

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Por: Eugenio Astudillo Leal

En momentos en que todo el planeta se ve afectado por la Pandemia del Coronavirus, en donde autoridades de todo el mundo afirman que este es un hecho sin precedente; incluyendo las chilenas, en los últimos cien años, vale la pena recordar que la cita recurrida es efectiva, y que pese a todos los adelantos de la humanidad; principalmente orientadas al confort y la prolongación de la vida humana, más una obsesión enfermiza por confeccionar elementos bélicos, poco se ha aprendido sobre los comportamientos defensivos de la especie humana, sobretodo, en cómo enfrentar con éxito estos flagelos virales impredecibles e inoportunos, y como también, de una vez por todas, reorientar eficazmente los objetivos de nuestro crecimiento científico, de conservación y/o de racionalidad política, para que, algún día, Dios mediante, los líderes del planeta, por fin, estén todos orientada a servir el bien común de los seres humanos, y no los mezquinos intereses de algunos pocos, como hasta ahora.

Se dice que en Europa, entre los años 1916 y 1918, aún no se sabe bien si fue en Francia o en China, o por último también, en una base militar de los Estados Unidos, se comienza a expandir silenciosamente por la tierra, la temida “Gripe Española”, conocida así, porque fue la Madre Patria; país neutral en la Primera Guerra Mundial, la que ante la indiferencia de los principales naciones antagonistas de ese conflicto armado, que censuraron o no dieron crédito a los innumerable informes científicos, que ya, a fines de esa confrontación bélica, comenzaron a advertir de la llegada de esta epidemia al viejo Continente , siendo el único país, o Reino, que se hizo eco de este gran problema que la invadió al igual que varios países de ese continente, y que; entre 1918 y 1920 dejó en el mundo más de 50 millones de víctimas fatales, cobrando solo en España, más de 300.000 fallecidos, y 8 millones de habitantes hispanos infectados, y que, al igual que ahora, aun se discute entre E,E,U,U, y China, donde fue el origen del virus que causo todas estas desgracias.

Ahora, hace poco, con el paso el tiempo y el avance de las ciencias médicas, y considerando la falta de recursos monetarios para investigar en esa época de post guerra mundial, se sabe con certeza, que la Pandemia de entonces fue causada por un brote de Influenza virus A, del subtipo H1N1, que en esa ocasión, atacó en la península, a adultos jóvenes de entre 20 y 40 años y no a niños o ancianos como otras cepas ya conocidas en eso tiempos.

De la información precedente, acaecida hace poca más de un siglo, que a pesar del tiempo transcurrido, del gran desarrollo científico adquirido en forma global; desde entonces, en todo el planeta, aún no se sacan las lecciones que logren explicar y entender el origen y propagación de este hecho epidémico acaecido entre los 1917 y 1920 en España, y que hasta ahora solo ha quedado como una anécdota histórica, no dejando ningún modelo de comportamiento o acción a desarrollar por las personas para enfrentar con éxito estas desgracias, situación que ni siquiera hoy, ha servido de modelo de referencia de acciones para enfrentar el Coronavirus.

En Resumen, ésta mal llamada Gripe Española, que hasta hace poco era la última gran Pandemia que había atacado al mundo hace 102 años, nos muestra otra vez, ahora, que a pesar del gran desarrollo del siglo pasado y el principio de este, la humanidad no aprende la primera máxima de que con grandes armas de guerra no aseguramos la existencia y presencia nuestra en el universo, más aún, si le seguimos dando valor y prestigio a cosas superfluas que solo sirven para justifican nuestro ocio diario, y que nos hacen perder la real dimensión de la existencia humana en el planeta, lo iremos perdiendo poco a poco. y nos seguirá llevando a enfrentar entre hermanos, como ahora, por la posición de fuerzas y trastocados valores sociales y económicos, que en el caso de nuestra patria, desde Octubre ya nos tenía dividido.

Es de esperar, que algunas de las pocas muestras reales de unión que en el último tiempo se han presentado entre los divididos y soberbios conductores del país, perduren, y maduren, en pos de la paz social que siempre deberíamos tener como chilenos e hijos de esta tierra, y que a futuro, no tenga que ser; otra vez, un virus tan dañino como el de ahora, el que nos venga a mostrar, hacia donde se debe apuntar con todo nuestros esfuerzos, para así salvaguardar correcta y fehacientemente, a toda la humanidad; hoy aterrada, contra los verdaderos enemigos de nuestra segura sobrevivencia..

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