El país vecino busca que Chile se haga parte de esta petición, para que así sea de carácter binacional.
La gran estrategia militar del general José de San Martín, que logró despistar y vencer a los realistas asentados en Santiago de Chile hace dos siglos, se basó en avanzar en forma casi simultánea a través de pasos a lo largo y lo ancho de la cordillera altiva, helada y peligrosa. Esos pasos podrían ser Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad, según una solicitud del gobierno argentino.
Cabe recordar que tras la derrota de Rancagua y la reconquista de Santiago de parte de los españoles, los patriotas huyeron a Mendoza y se unieron al general argentino, quien organizó al Ejército Libertador de Los Andes, una fuerza que avanzó mediante distintos pasos por la cordillera y finalmente logró vencer a los realistas, fieles a la corona española, en la batalla de Maipú (1818).
La postulación ante la Unesco para que esas rutas se sumen a los 1.073 sitios de 167 Estados que hoy son reconocidos como lugares de la Tierra con un «valor universal excepcional», fue a fines de enero e inscrita en una lista preliminar de esa organización hace dos semanas. Este es el primer paso de un proceso que culminará en febrero de 2020.
El mentor del proyecto, el embajador argentino ante la Unesco, Rodolfo Terragno, aseguró al diario argentino La Nación, que están avanzadas las conversaciones para que se incorpore a la presentación el gobierno de Chile, de manera que la solicitud resulte de carácter binacional. El hecho podría compararse con la Ruta de la Seda, que conectaba Europa y Asia y se usó entre los siglos II a.C. y XVI para el comercio y el intercambio cultural y científico, y fue consagrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2014, según un pedido conjunto de los gobiernos de China, Kazajstán y Kirguistán. Terragno anticipó que durante este año se presentarán los avales y adhesiones con los que cuenta el proyecto, además de los documentos que certifiquen las características que hacen de aquella gesta «una hazaña digna de otra Ilíada», según la describió una revista de la propia Unesco en 1961.