Por: Pamela Cárcamo, académica Facultad Enfermería U. Andrés Bello
El asma es una enfermedad crónica que afecta a más de 150 millones de personas a nivel mundial, cuya cura total aún no está definida, pero si hay métodos cada vez más efectivos para su control.
Esta enfermedad se caracteriza por hiperreactividad bronquial a diversos agentes alérgenos que provocaran irritación e inflamación de los bronquios causando disnea (sensación de falta de aire) y sibilancias (silbido al respirar) que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra. Los síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana, y en algunas personas se agravan durante la actividad física o por la noche.
En primera instancia se debe aprender a identificar cuáles son las causas o factores que desencadenan una crisis asmática y evitarlos.
El asma es la enfermedad crónica más prevalente en la edad escolar. La mayoría de estas crisis son leves. Sin embargo, el riesgo de hospitalización por crisis de asma es mayor en los niños de edad preescolar que en niños mayores, es por esto que es de gran importancia adherirse al tratamiento indicado por el especialista, aun cuando el paciente presente períodos sin síntomas.