Por: Roberto Contreras, Doctor en Economía Industrial, director de la Escuela de Postgrado UTEM
Nuevamente nos sorprende la variación experimentada por el IPC durante el mes de diciembre, ahora con una cifra negativa del -0,1%, debido a que la variación del pasado mes de noviembre fue nula. ¿Son buenas noticias? Claro que sí. Sobre todo para las familias que tienen deudas hipotecarias expresadas en UF, porque indica que el poder adquisitivo mejora si mantenemos la misma renta, entre otras. Pero ¿cuáles son los factores que han repercutido en ello? la caída del precio del petróleo a nivel internacional que afecta al precio de los alimentos y vestuario, principalmente, según el INE. A partir de enero se utilizará la nueva canasta que debería reducir su volatilidad, algo propio de países que mejoran su renta y donde la importancia relativa de los alimentos, disminuye.
Otra buena noticia es que el Banco Central puede mantener la tasa de política monetaria por un tiempo más prolongado en los actuales niveles. Todo esto ocurre en momentos en que la Reserva Federal ha subido las tasas de interés, presionando a varios bancos centrales a seguir la norma, por el impacto que dicho efecto tiene sobre la inflación impulsada por un tipo de cambio más alto. Esto muestra la fortaleza de la política monetaria nacional y el rol del Banco Central.
Un tema pendiente son las deudas indexadas como la UF o UTM propio de países con alta volatilidad de precios, algo que debería desaparecer para expresar las deudas en tasas de interés nominales fijas y/o variables, característica de las economías avanzadas donde las expectativas de precios se cumplen. Pensando que el banco Central nominalizó la tasa de política monetaria en agosto del año 2001, llevamos ya casi 20 años esperando un segundo paso en esa misma dirección.