Definidas las líneas generales del plan de campaña, San Martín inició los trabajos para organizar el ejército con que habría de llevar a cabo la empresa, sobre la base de los dos únicos núcleos de tropas que existían en Mendoza:
• El Batallón de Auxiliares Argentinos -también llamados Auxiliares de Chile- al mando del coronel Juan Gregorio de Las Heras que había retornado a las Provincias Unidas en 1814 como respuesta al «Tratado de Lircay» – el batallón había sido enviado a Chile en 1813 con el fin de apoyar la revolución de los patriotas chilenos en el período conocido como «Patria Vieja» -. Contaba con unos 200 hombres.
• Las milicias provinciales existentes en: Mendoza, San Juan y San Luis. De acuerdo a un parte de Marcos Balcarce de 1814, existían en Mendoza 958 milicianos, casi sin armamentos ni instrucción militar. Las milicias regladas eran la Compañía de Milicias de Artillería de Mendoza de 75 hombres; y el Regimiento de Voluntarios de Caballería de Mendoza, compuesto por 2 escuadrones en los suburbios del norte y del sur de la ciudad, también denominados Cívicos con un total de 600 hombres (en San Luis existía uno igual, denominado Regimiento de Voluntarios de Caballería de San Luis). Las milicias de Mendoza que se formaron luego de la Revolución de Mayo eran 2 batallones de infantería denominados Cívicos Blancos (133 hombres) y Cívicos Pardos (150 hombres).