Tres robos a restaurantes de la ciudad de Los Andes han sido cometidos en los últimos días y que por las características se trataría de la misma banda delictual que ha estado operando, viéndose afectados El Casa Vieja, El Altillo y Charros cuyas pérdidas en su conjunto bordean los $5,5 millones.
Lo coincidente es que para ingresar, los ladrones han reventado los candados de las puertas y rejas de protección de los frontis de los establecimientos gastronómicos con la ayuda de herramientas, quienes, además de provocar daños, han robando productos alimenticios, artículos tecnológicos y dinero en efectivo.
No se descarta que esta banda podría corresponder a los cuatro delincuentes que la madrugada de ayer fueron detenidos robando en un almacén en la Población Alto Aconcagua (ver información), lo que deberá ser investigado por la Fiscalía y las policías de Los Andes.
CASA VIEJA
El primero de estos delitos afectó al Restaurant Casa Vieja, ubicado en calle Maipú N° 151, de propiedad del presidente de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Los Andes, Marcos Eriza, ocurrido durante la madrugada del jueves 17 y a solo horas de registrarse el terremoto de la Región de Coquimbo que también afectó la zona.
El ilícito -que es el tercero- quedó al descubierto por trabajadores a las 10:50 horas, cuando al llegar se percataron que estaba abierta la puerta principal y había un solo candado forzado en la reja de protección.
“Esto nos tiene tristes a mí y a mi personal, más aún cuando este robo ni siquiera fue por la techumbre sino que por la puerta principal”, comentó Eriza, dando a conocer que le fueron sustraídas bolsas de carne, charqui, frascos con papayas, licores y otros productos comestibles, cuantificando las pérdidas en $1.000.000.
“En nuestro caso también se afecta la fuente de trabajo de alrededor de diez personas, entonces no es tan simple como entrar a robar a un local”, hizo notar
La denuncia se interpuso ante la Policía de Investigaciones (PDI).
EL ALTILLO
El segundo local fue El Altillo, de avenida Santa Teresa N° 70, al que entraron la madrugada del domingo.
Conforme a lo señalado por su propietario, Carlos Valenzuela, este es el quinto robo y coincidente con un fin de semana largo. “El domingo llegué a las 11:00 de la mañana a trabajar y encuentro que estaban reventados los candados y violentada la puerta de acero de acceso al segundo piso, y al subir encuentro candados destruidos, trozos de carne, vidrios, violentada la reja de protección y al revisar el local compruebo que las máquinas estaban abiertas y vacías”, añadiendo que se vio obligado a quedarse a dormir en la noche para cuidar lo que le dejaron.
Detalló que le robaron cajas con diversos cortes de carne, como lomo y ganso; cajas de pollo, cajas con botellas de vino, garrafas, cervezas, botellas de distintos licores y el notebook de su hijo, lo que fue avaluado en cerca de $2.500.000. “Esto me ha dejado muy mal, porque me llevaron todo el capital que tenía invertido para trabajar”, indicó, siendo coincidente con Eriza al señalar que esta situación también perjudica a la familia y a sus trabajadores.
“QUE INSPECTORES LE AYUDEN A CARABINEROS”
La víctima solicitó directamente a la autoridad municipal volver a implementar un equipo similar a lo que fue tiempo atrás Seguridad Ciudadana. “Tengo mis patentes y permisos al día, por eso le pido al señor alcalde que en vez que los inspectores municipales anden pasando partes cuando uno esté entregando alguna colación o esté comprando algo, que mejor hagan rondas de noche y le ayuden a Carabineros porque es mucha la delincuencia que tenemos”. Instó igualmente a la comunidad a no comprar a quienes venden estos productos a menor precio y dar aviso a las policías.
La denuncia fue realizada ante Carabineros de la Tercera Comisaría.
CHARROS
El Restaurant, Bar y Pub Charros, de avenida Carlos Díaz N° 61, fue el tercer establecimiento víctima de estos robos durante el fin de semana y al que entraron la madrugada de ayer.
“Cerré como a la 1:15 horas y cuando salí no se venía nadie en la calle, pero en la mañana me avisan que encontraron la puerta principal prácticamente en el suelo, la que destruyeron con un diablito aparentemente. Tenía dos candados de grueso tamaño y los reventaron, incluso se los llevaron”, relató el dueño David Alberto Ríos.
Indicó que lo sustraído fueron dos computadores -uno con el que trabajaba y el otro con el que colocaba música-, un proyector para partidos y videos musicales, botellas con los licores de mayor valor y $80.000 que mantenía en la caja. Se estima que el avalúo preliminar de lo apoderado sea de aproximadamente $2.000.000.
“Son personas que andan con artefactos que sirven para cortar y reventar candados. Acá es bastante tranquilo, funcionarios de Gendarmería siempre cuidan, pero en esta oportunidad parece que actuaron rápido y esta vez me tocó a mí”. Dijo que es la primera vez que el local sufre un robo en los cuatro años que lleva funcionando. De lo ocurrido se dio aviso tanto a Carabineros como a la PDI.
El propietario solicitó a Carabineros que realice controles a sujetos que durante las noches y madrugadas es frecuente verlos en avenida Argentina, pidiendo dinero o molestando a transeúntes como a automovilistas.
“QUE LAS AUTORIDADES RECONOZCAN LA SITUACIÓN QUE ESTAMOS VIVIENDO”
Ante esta seguidilla de robos, Marcos Eriza, presidente de los comerciantes andinos, llamó enérgicamente a las autoridades “a que cambien el discurso y reconozcan la situación que estamos viviendo, porque realmente nos sentimos afectados, vulnerados y desprotegidos, lo que es muy deprimente”.
Al mismo tiempo apuntó sus dardos a los parlamentarios, para que hagan cambios respecto a las sanciones contra quienes cometen robos en lugar no habitado y a la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, “porque alguien con 14 o 15 años ya sabe lo que es bueno y malo”.
Afirmó que si no se le ponen atajo a esta situación “cada día se va a ir poniendo peor. Ya no se puede vivir tranquilo, porque hay que gastar más dinero en estarse cuidando por cuanto en cualquier minuto te asaltan o roban”, manifestando que tampoco existe preocupación por los daños causados luego de estos delitos.