Director de Secplan sostuvo que el proyecto del colector nunca debió ser aprobado
Siguen los dolores de cabeza para la actual administración de la Municipalidad de Los Andes producto de los coletazos que ha dejado el inconcluso proyecto del colector de la calle Arturo Prat, particularmente en lo referido al lugar a donde irán a parar las aguas lluvias que escurren por dicha vía y que llegan de diversos sector poblaciones del sector sur de la ciudad andina.
Justamente, este proyecto largamente esperado, que se aprobó y se ejecutó con una millonaria inversión era la solución para terminar con los anegamientos de dicha arteria, sin embargo la obra no fue terminada y falta lo fundamental que es la conexión al punto donde se verterán las aguas, que inicialmente iba a ser el Canal Rinconada.
“Seguimos complicados” reconoció el director de la Secretaría Comunal de Planificación, Aliro Caimapo, dando a conocer que la semana pasada recién se pudo reunir con el presidente y la encargada de la Asociación del Canal Rinconada, dirigentes a los que les fueron planteadas las dudas por parte del gobierno comunal y quienes exposiciones sus posiciones.
Al respecto, el funcionario municipal fue categórico en dar a conocer lo manifestado por dichos dirigentes, quienes señalaron que “no tienen ningún interés de poder recepcionar estas aguas lluvias del proyecto hecho por la municipalidad en la administración anterior, porque no hay certeza de la pureza del agua que va a llegar a los regantes. Para que entiendan los vecinos, con las aguas de estos canales se riegan hortalizas y cómo no hay certeza de lo que se tira, en las aguas lluvias podemos tener cualquier cosa”, acotando que existe un acuerdo de la Asociación de Canalistas “que ellos no aceptan de ningún proyecto que aguas lluvias vayan a los canales”.
En el encuentro también hicieron ver que el municipio utilizó un certificado del antiguo presidente del Canal Rinconada con una autorización de casi de tres años antes que el proyecto estuviera aprobado y se supiera lo que realmente se iba a evacuar al canal de regadío, “que son 5,2 metros cúbicos por segundo, bastante más de los 2 metros cúbicos por segundo que se permiten”, precisó.
Ante tal escenario, el Secplan anunció que la municipalidad contrató una empresa externa para buscar las alternativas de solución, las que implican millonarias inversiones.
“Lo primero, en el mediano plazo, es buscarle una solución para cerrar el acceso de estas aguas lluvias al canal, obra que en el proyecto que pedimos hacer tiene un costo de $7.126.000 para sellar y poder ocupar solamente los primeros 13 de los 31 sumideros, de lo cual se llegó a un acuerdo con los canalistas”, adelantó.
En segundo término, es buscar la solución definitiva y se evalúan dos alternativas, “una que nos vayamos al Estero Pocuro y eso implica un proyecto de bastante monto, estamos hablando de $1.682.000.000; y el otro es llevar el agua directamente al río Aconcagua, y ese es un proyecto que nos cuesta $2.056.000”.
Cualquiera de las dos obras son a largo plazo, ya que los proyectos se debieran presentar ahora, para hacerse a fines de este año y materializarse durante el 2018.
Caimapo cuestionó y lamentó que la iniciativa del colector “fue mal realizado por la administración anterior, porque la Ley General de Aguas dice que cualquier proyecto que involucre sobre dos metros cúbicos por segundo debe tener autorización de la Dirección General de Aguas (DGA) y esa autorización nunca la acompañó la municipalidad, y lo que es más lamentable es que el Ministerio de Desarrollo Social dio la aprobación al proyecto sin tener ese documento que es clave”, sosteniendo que “fue aprobado en condiciones que no debió haber sido nunca aprobado”.
Añadió que cuando se expuso el tema y problema al Concejo Municipal se planteó la factibilidad de hacer un sumario “para ver las responsabilidades administrativas de los funcionarios que estuvieron implicados y el alcalde Rivera, cuando fue a la intendencia, también expuso lo mismo, que aquí hay algún grado de temas administrativos no claros”.