Por: José Ramón Toro Poblete, profesor Liceo Max Salas Marchán.
El hombre está tan lleno de si, que no es capaz de entender y dar cabida a otra opinión que le de luces para tomar una decisión. Existen algunas actitudes y signos que así lo delatan.
El primero es que no escucha. El segundo, son sus prejuicios que le impiden validar y encontrar acertado o bueno otro punto de vista. El tercero es que todo argumento debe respaldar y confirmar su idea primaria (todos deben encontrarle la razón). El cuarto son sus “¡Sí!, pero…”. El quinto es el famoso “lo que pasa es que no me entiendes”. El sexto; se debe cumplir con un programa acordado. En fin.
El estar lleno de sí (que nada tiene que ver con el estar satisfecho), impide que otro tenga lugar en esa persona. No es el egoísta, es simplemente El Cabeza Dura. Tampoco es el irracional, porque razona pero, mal razona. Es el Cabeza Dura. No es el que no entiende razones ¡Las entiende!, solo que, no las acoge ni procesa es, simplemente Cabeza Dura.
Ahora bien, quiero que imagine a nuestra ciudad en cincuenta años más. Crecida. Colapsada, con miles de vehículos, con poca presión de agua, con menos campos y menos fruticultura. (No culpemos de todo ello a la minería) Una ciudad agresiva. Una ciudad donde el costo de la vida supere a la ciudad de Concepción.
Quiero que imagine a sus nietos e hijos pequeños, ¡En cincuenta años más! En un Chile tecnologizado casi al cien por ciento, con máquinas dispensadoras de bonos y horas médicas (ya hay en Santiago), donde la mayoría de las cosas se compran por internet..
Las casas con patios serán un lujo. Toda edificación será en altura. Poco a poco Santiago llegará a Los Andes y, con ello, las grandes constructoras arrasando con los terrenos agrícolas, donde “el progreso” hará olvidar la defensa del patrimonio y, quienes hoy lo defienden, ya habrán muerto o estarán muy ancianos para seguir luchando. Tal vez, las angostas calles de nuestra ciudad, en el futuro, sean solo paseos peatonales.
En cincuenta años más el éxodo será evidente. Será una ciudad poco amigable, desarrollada, con edificios en altura muy fuera de las cuatros alamedas iniciales en el tiempo de la colonia. …., para terminar en una ciudad fantasma y casi deshabitada, con cánones de arriendo muy bajos
Le pregunto ahora.
Ante ese presunto Chile y ciudad, me planteo frente a la reforma educacional y pregunto: ¿Cree que es válido, Hoy, discutir como algo muy prioritario la gratuidad de la educación? ¿Cree usted que, “las lucas” es lo más importante? O, será más importante sentarse a conversar, discutir sobre el ¿Qué enseñar?, en el ¿Cómo proyectar la educación a 50 años? ¿Qué ciudadanos formar para los próximos cincuenta años en una sociedad harta del consumo?
¿Se han sentado “los expertos” a discutir, si será necesario que los pequeños sigan aprendiendo las tablas de multiplicar de memoria, cuando eso era necesario en tiempos que no existían las calculadoras de bolsillo? ¿Será necesario que sigan aprendiendo de memoria y perdiendo el tiempo en retener nombres, fechas, fórmulas, cuando con un dedo tienen la información al instante en su celular conectado a internet? ¿Se habrán preguntado, cómo reemplazar el abecedario por internet? ¿El cuaderno y libros por los medios digitales?
La Reforma Educacional, la hacen pasar por “las lucas” y ni siquiera se acercan a la respuesta del cómo educar a los niños, tremendamente solitarios, en un mundo tecnologizado y globalizado. ¿Qué estudiantes se habrá de formar? ¿Cómo encantarles con la lectura digital? ¿Qué tipo de profesionales? ¿Qué tipo de ciudadanos? ¿Qué tipo de personas? ¿Qué tipo de estudiantes? ¿Con qué valores? En dos palabras: ¿Qué Escuela?
Los “expertos”, se han volcado, mirado y consultado solo a los economistas. Eso es válido. Pero, antes, se debiera haber consultado a los expertos en educación: ¡Los profesores!.
¡Ay, Dios! ¡Que cabezas duras!
Fíjese que el debate, ahora, seguirá centrado en “las lucas”…, eso de la igualdad de oportunidades, de la no discriminación, del no al lucro, del no a la selección y demases, es válido y suena muy lindo, pero está subordinado a “las lucas” ¿No le parece raro?; ¿Proyectar una nación y la Educación en base a “las lucas” y no en base a las personas, no en base a la historia y al magisterio? ¿No en base a un proyecto país? ¿Cuánto se ha hablado de ello?
Todo nació en las calles, con la Revolución Pingüina. Siguió en medio de paredes y oficinas, volvió a las calles, volvió a las cuatro paredes. Llegó apuradita y apuradita salió del congreso y, ahora está instalada y enclaustrada en el Tribunal Constitucional….(esperemos que salga bien parada y bien vestida). mientras miles de estudiantes y padres viven la incertidumbre de la gratuidad prometida para un pequeño porcentaje de estudiantes. Y, no se asuste, si nuevamente la Reforma Educacional sale a las calles…
Ni hablar de las personas que están tan llenas de sí, que ni siquiera le dan tiempo (aunque sea el tiempo que les sobre) al Niño Dios en esta nueva fiesta de la Natividad de Jesús.
Concluyo: Mientras más lejos de Dios, más Cabeza Dura el hombre será.
Que en esta nueva fiesta de la Natividad de Jesús, el hombre vuelva a darle el lugar de honor al Hijo de Dios en su casa y en su vida, para dejar de ser Cabeza Dura.
Que sea feliz.