Por: Eugenio Astudillo
En días como los de hoy, primera quincena de Julio, hace precisamente 100 años, en la entonces aun pequeña cuidad de Los Andes, en días tan fríos como los de ahora, que para esos tiempos era habitual, cuando por nuestras calles los caballeros montaban animales de fina procedencia, y los Coches Victorias eran los reyes de la locomoción colectiva, cuando hacía pocos años funcionaba; a medias, el Ferrocarril Transandino, y cuando el país era gobernado por Juan Luis Sanfuentes y en Europa se vivían los últimos años de la primera guerra mundial, un grupo de inmigrantes españoles, se contactaban y acercaban posiciones en bares y otros negocios de entonces, para concordar como dar forma a una institución que los aglutinara más sólida y permanentemente, en un pueblo y país, tan lejos de su península ibérica.
Muchos eran recién llegados por iniciativa propia, otros por invitación de sus familiares ya establecidos en la zona, y otra gran mayoría arribados al país en las últimas décadas del siglo 19, cuando Chile abrió varios canales de inmigración en varias ciudades europeas.
Los españoles de esos años, que ya se distinguían como chilenos y andinos, ya habían participados en varias otras organizaciones semi formales; amicales, familiares e ibéricas, ya sean para compartir añoranzas de su tierra lejana, como también para prestarse auxilio solidario y fraterno en su nuevo país de adopción. En otras ciudades más grandes del país, varios connacionales de la madre patria ya se habían organizado como tales, y como la unión hace la fuerza, de ello ya existían otras instituciones de sólidas bases españolas a imitar.
La citación se estableció para el día 24 de Julio del 1917, justo en el mes de los Andes, cuando las celebraciones comunales eran de acuerdo a la época que se vivían, que no eran malas, ya que Chile había permanecido neutral en la gran guerra, y las exportaciones, especialmente el salitre, estaban en muy buen momento.
Los españoles en Los Andes ya llevaba algunos años en la ciudad y principalmente habían incursionado en casi todas las actividades comerciales de esos tiempos, las industriales, las de servicios y también en la construcción. Era tan así, que cuando se decidieron en formar el Centro Español de Los Andes, buena parte de la sociedad andina era parte, o estaba relacionada con un español inmigrante. Las familias fueron creciendo con el tiempo, y ahora son muchos los andinos y andinas que son descendientes; en diversos grados de parentesco, de estos nobles esforzados españoles de entonces, que hace poco más de cien años llegaran a ayudar y contribuir en el desarrollo de nuestra actual y hermosa ciudad de Los Andes.
Felicitaciones al Centro Español de Los Andes, a todos sus integrantes y familias, por estos fructíferos 100 años, en donde, entre otras cosas, se dio origen a esta sin igual trilogía actualmente existente, Español, chileno y Andino.
