Por: Rodrigo Durán Guzmán, Máster en Comunicación y académico
La multitudinaria y pacífica marcha, convocada en la Plaza Italia en Santiago y convocó a una cifra cercana al millón de personas, ciertamente es el punto de inflexión de una movilización que comenzó hace una semana. Esta convocatoria no sólo es histórica por su capacidad de convocar y movilizar, sino también porque marca el surgimiento de un concepto que no es nuevo, pero cobrará mucha vigencia de ahora en más: me refiero al Ciudadanismo.
Este concepto lo podemos entender como una configuración que se genera en tiempos democratizados, donde dominan las economías liberales y existe alternancia, tanto de derecha como izquierda, en el poder. Éstas, con el tiempo, tienden a mimetizarse ocasionando una fractura social donde lo político termina siendo exclusivo de una minoría dirigente con el consiguiente orden civil imperfecto, pero siempre mejorable.
Lo que estamos viviendo en Chile es la irrupción protagónica de los ciudadanos, quienes pasan de años de postergación y resignación a ser los principales arquitectos de su desarrollo y bienestar. En tanto, los políticos, se sumen en un pozo profundo donde la introspección, sumado a la capacidad de escucha activa, será clave para entender este fenómeno social.
Porque esta manifestación social no es de ciudadanos CONTRA ellos sino CON ellos. El adversario no está en la comunidad sino en el poder. El abuso no proviene del vecino sino de una clase política indolente que mágicamente impulsó iniciativas, en el Congreso, que antes eran impensadas. Con Subsecretarios, Ministros e Intendentes en las calles. Con oportunistas de uno y otro sector buscando obtener dividendos para sus respectivos sectores pero eso, al final del día, es no entender nada. Hoy los políticos no son relevantes, más bien son obstáculos, para las personas por una cuestión básica: la ciudadanía despertó de su letargo y sabe que cuenta consigo misma, y sus comunidades, para progresar, avanzar y salir adelante. Todo en un contexto que vuelve a poner a las personas en el centro.