Este encuentro que fue dirigido por el padre Jaime Ortiz de Lazcano Piquer, administrador apostólico de San Felipe, donde se definieron criterios comunes y de manera sinodal para recuperar el indispensable rol social que la Iglesia ha tenido y ser signo de la presencia de Dios en medio de la sociedad.
En la casa de retiro Juan XXIII de San Felipe, el clero de Aconcagua se reunió para reflexionar sobre la realidad que vive el país y especialmente discernir sobre los clamores, esperanzas y temores de las personas de los valles de Aconcagua y Petorca.
Este encuentro permitió generar un diálogo en el cual pudieron los participantes compartir su testimonio y visión de los hechos ocurridos, a la luz de lo que está pasando en este último tiempo, y que nos tiene a todos conmocionados.
A partir de este encuentro se definieron criterios comunes, que de manera sinodal, se decidieron para realizar en lo personal y también en las comunidades.
1.- Tratar lo más posible de estar con la gente y las comunidades. En estos momentos, aunque sea la sola presencia es fundamental.
2.- Reunirse y conversar, manteniendo un diálogo abierto con los actores sociales y autoridades locales, manifestando en todo momento la disponibilidad para participar y mediar en los encuentros, y ofreciendo espacios para los mismos.
3.- Convocar, como Iglesia, encuentros de reflexión, a modo de cabildos, invitando a todos, escuchando y elaborando síntesis del trabajo realizado para poder entregarlo a las autoridades.
4.- Organizar momentos especiales de oración en nuestras parroquias y capillas para pedir por la paz y el orden social.
5.- En la medida de lo posible, estar presentes en las marchas justas y pacíficas, priorizando siempre los derechos de los más débiles.
6.- Hacer presente que en la Catedral de San Felipe existe la posibilidad de denunciar situaciones ocurridas en contra de los derechos humanos. (Fuente: Comunicaciones Obispado)