Colbún y Fundación La Semilla continúan por tercer año consecutivo el exitoso Programa de Huertos Familiares

Colbún y Fundación La Semilla continúan por tercer año consecutivo el exitoso Programa de Huertos Familiares

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Nuevo grupo de 30 vecinos del camino internacional fueron incorporados al proyecto

Dado el éxito y los extraordinarios resultados, la empresa Colbún junto a Fundación La Semilla y el apoyo de Pipartnert Group desarrollan por tercer año consecutivo el Programa de Hurtos Familiares, que en esta ocasión ha sumado a un nuevo grupo de 30 vecinos del camino internacional de las comunas de Los Andes y San Esteban.

Los beneficiarios, junto a sus respectivas familias, se suman a las 60 personas ya capacitadas durante los años 2016 y 2017, además de haberse incorporado a los alumnos de las escuelas El Sauce, Río Colorado y Río Blanco.

Fue en la sede de la Junta de Vecinos de Las Vizcachas donde, como ha sido habitual, se realizaron esta semana los talleres, instancia en la que a los participantes se les entregaron los conocimientos y herramientas para la construcción y mantención de huertos orgánicos desde los principios de la permacultura.

Igualmente, se llevó a cabo una ceremonia de lanzamiento de la nueva versión del programa, ocasión en la cual los 30 nuevos beneficiarios recibieron un certificado y almácigos, iniciándose en los próximos días la implementación de dos platabandas en cada domicilio, una para cultivo y otra para lombricompostaje, con su correspondiente cierre perimetral.

El Programa de Huertos Familiares 2018 se extenderá hasta enero y considera etapas de acompañamiento y seguimiento en terreno, para finalizar con una Fiesta de la Cosecha.

“ESTE PROYECTO HA RESULTADO FANTÁSTICO”

Mauricio Orellana, subgerente del Complejo Hidroeléctrico Aconcagua de Colbún, expresó la satisfacción que tiene para la empresa ser partícipe de este programa, por lo que se ha conseguido y lo que ha significado para las familias beneficiarias.

“Este proyecto ha resultado fantástico aquí en la zona, donde todas las personas que han participado hoy tienen sus huertos bonitos, generando productos que son para consumo propio y de sus familias, creándose negocios y miniempresas que nos dejan súper contentos. Esto tiene un efecto en lo económico, porque van a producir los alimentos y no los comprarán en algún negocio”.

Destacó la importancia que tiene para Colbún seguir apoyando este programa, toda vez que “que ha funcionado muy bien, la gente y la empresa lo valora, porque agrega valor a los vecinos y tiene un efecto multiplicador”, comentó.

“LA EXPERIENCIA HA SIDO MUY GRATIFICANTE”

Para Doris Santander, directora de proyectos de Fundación La Semilla, este programa permite a las familias aprovechar los espacios que tienen en sus domicilios, los recursos naturales y cultivar sus productos que favorecen a la vida saludable.

“La experiencia que hemos tenido con las versiones anteriores han sido muy gratificante para nosotros, ya que las personas y familias ahora tienen sus propias verduras para sus alimentos y cuentan con otros ingresos”.

Resaltó que todos los beneficiaros empezaron con dos platabandas, “pero actualmente hay quienes tienen hasta diez, por lo tanto este programa ya es parte de su vida”.

Igualmente destacó que dueñas de casa han expresado que los huertos familiares incluso les ha ayudado en aspectos de salud. También señaló que han surgido emprendimientos, como un grupo que se ha dedicado a hacer un mininegocio de venta de comida con más verduras, a la vez de producirse intercambio de semillas y productos entre vecinos.

PARTICIPANTES DESTACAN EL PROGRAMA

Yevelyn Briceño, vecina del sector de Río Colorado y quien tiene una pyme de té con sabores naturales ocupando yerbas orgánicas, indicó que participa del programa “para mejorar la forma del cultivo, aprendiendo mucho y lo podemos enseñar a nuestros familiares. Me gusta que estos cursos involucran a la sociedad y Cobún está bien encaminado en ese sentido”.

Por su parte, Sebastián Ruiz, de Primera Quebrada, agradeció el profesionalismo de las monitoras y profesoras, ya que pudo aprender cómo hacer un huerto y cómo es el funcionamiento. Más adelante pretendemos que nuestro hogar sea autosustentable en el tema de la alimentación y después ofrecer un producto orgánico a la comunidad”.

En tanto, María Salinas, del sector de Los Chacayes Alto, dijo que para ella el huerto significará “una buena alimentación al aprender a comer sano cultivando las verduras uno misma, y también nos vamos a ahorrar recursos”.

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