Por: Dr. Denis Panozo
El cuadro clínico del Cólico Biliar, se caracteriza por un grupo de síntomas poco definidos, asociados con frecuencia a “Colelitiasis”, cálculos en la vesícula biliar, pequeña bolsa donde se guarda la bilis que fabrica el hígado que nos permite digerir los alimentos grasos de nuestra dieta. Estas sales biliares se mantienen flotando, que al precipitar se convierten en arenilla y posteriormente en los malvados cálculos. Los principales síntomas o molestias son flatulencia, sensación de peso e hinchazón abdominal después de comer, pirosis o ardor, reflujo, nauseas y vómitos. El ataque de colecistitis aguda se inicia como un cólico biliar y se agrega fiebre con un intenso dolor abdominal bajo la parrilla costal derecha que puede ir desde un malestar leve hasta ser intolerante, en este caso se debe acudir a un servicio de urgencia, donde debe realizarse una ecotomografía abdominal para confirmar el diagnóstico, que va mostrar una vesícula distendida con cálculos en su interior, al no poder vaciar la bilis por la obstrucción del conducto de salida al colédoco, vía que la lleva al duodeno, por un cálculo formado por el barro biliar. Si esta anomalía no cede al tratamiento inyectable hay que someterse a una extirpación quirúrgica (Colecistectomía). Ahora por suerte la función de ella (vesícula) es tomada por el colédoco, que aumenta su grosor para almacenar la bilis generada por nuestro hígado, esta bilis que nos permite digerir los alimentos grasos. Lamentablemente esto no se termina sacando la vesícula, porque el colédoco sufre cambios, y se llena de cálculos y vuelven las molestias y aparece un tinte amarillo en la piel, la famosa Ictericia, que es el color amarillento que toma nuestra piel y mucosas. Por lo cual si Ud. tiene algunos de los síntomas mencionados acuda a su médico antes que aparezcan los cólicos biliares y tendrán que llevarlo al Servicio de Urgencia del Hospital.