Por: Carlos Guajardo, académico de la Facultad de Educación, U.Central
Este pasado 26 y 27 de noviembre, más de 290.000 estudiantes rindieron la cuestionada PSU, la cual nos guste o no, representa el sistema de evaluación nacional que permite el ingreso a una carrera universitaria en Chile. Otros países de la región, utilizan diversos tipos de evaluación que dependen de la carrera a la cual se postule, y que incluso va de la mano del pago del 100% del arancel. A nuestro país, aún le falta bastante para llegar a esta anhelada realidad.
Ahora bien, si eres uno/a de los jóvenes que se sometió a esta prueba, debes tener en cuenta que al obtener los resultados el próximo 26 de diciembre, no debieras entrar en una suerte de desesperación simplemente porque no obtuviste los resultados que esperabas. Nuestra sociedad, sigue y seguirá enmarcada por mucho tiempo más, en una ‘máquina’ que elije a los mejores para el ingreso a la universidad y aquellos que no, posiblemente tendrán que repetir la PSU o estudiar una carrera que se tuvo como 2da preferencia ¿es eso lo que queremos? Lo primero es que al recibir los resultados de la prueba, no hay que caer en pánico y pensar en cosas como: y ahora… ¿qué voy hacer?, mi futuro está perdido, etc.
Hay que actuar con serenidad absoluta; si los resultados no permiten ingresar a la 1era opción, hay que evaluar los pros y contras de la 2da preferencia; ayuda hacer preguntas como: ¿es lo que quiero?, ¿puedo darme un año más para prepararme mejor para la PSU?, ¿realmente me gusta esta segunda alternativa como carrera con la cual ejerceré parte de mi vida?
Además, hay que tener cuidado a factores como: si la institución y la carreras se encuentran acreditadas (que puede ser opcional hoy en día; a excepción de aquellas que por ley deben estar acreditadas), el cuerpo docente posee la trayectoria y las competencias en cuanto al manejo de la disciplina que enseñan, qué beneficios internos posee la institución que me llama la atención (becas, talleres, laboratorios, convenios internacionales, prácticas progresivas, postgrados, etc).
Por último, es clave visitar las instituciones que gustan, conversar con los académicos, directivos o estudiantes que se encuentran impartiendo la carrera; esta opción permite clarificar una serie de inquietudes que se puede tener. Estas recomendaciones, se pueden llevar a la acción, mientras llegan los ansiados resultados.
En definitiva, hay que pensar que eres joven y aún queda una valiosa vida por delante. Acá lo que realmente debe interesar, es ser feliz con la carrera elegida, y que por sobre todo, ésta cumpla con las pretensiones personales y contribuya al bien de la sociedad.