Por: Emmanuel Sánchez, Académico Facultad Enfermería U. Andrés Bello
Durante invierno todos estamos expuestos a enfermedades respiratorias, especialmente los niños, adultos mayores y enfermos crónicos son la población con mayor riesgo de contagio. Sin embargo, también es causal de un alto porcentaje de ausencias laborales.
La transmisión del virus se produce a través de las secreciones respiratorias que son expulsadas por boca o nariz en forma de gotitas a través de la tos y el estornudo y liberados al ambiente, donde posteriormente son aspiradas por otra persona. Otra forma de transmisión es cuando las manos entran en contacto con superficies en las que se han depositado partículas virales y luego están son llevadas a la boca o los ojos. O bien, cuando consumimos algún tipo de líquido o comida que haya sido consumida por otra persona que es portadora del virus.
Es por ello que uno de los lugares de mayor transmisión del virus son las oficinas o lugares de trabajo, donde se está en más contacto entre personas. Por ello, es importante prevenir y cuidarse respecto al desarrollo de algún cuadro infeccioso de origen respiratorio, ya sea gripe, influenza u otro.
Se recomienda lavarse frecuentemente las manos con agua tibia y abundante jabón; después de usar el transporte público, manipular dinero o estar en contacto con alguien resfriado. Cada vez que estornude o tosa, cúbrase con el antebrazo para proteger al resto del contagio a través de las manos y sí se cubrió con las manos; realizar en forma inmediata el lavado de manos. Limpiar las perillas de las puertas, los computadores y otras superficies de oficina. Aunque en la mayoría de las oficinas hay personas encargadas de la limpieza, existen superficies que, por el contacto diario, requieren mayor aseo, y así ayuda a reducir la propagación de gérmenes en su lugar de trabajo.
Siguiendo estos consejos, se puede evitar contagios y problemas de salud.