Se trata de la intimidación física y verbal de la que son víctimas niños y jóvenes en la escuela. Según la psicóloga de Clínica Vespucio, Mercy Iriarte, el rol de los padres es fundamental, ya que son ellos los que deben estar alertas y observar las conductas de los hijos, para informar de forma oportuna al colegio en caso de que este acoso se presente.
El bullying es ejercido en contra de personas que, por diversos motivos, se diferencian de sus compañeros, y que tienen dificultades para defenderse o se muestran sumisos debido a una baja autoestima e inseguridad.
De acuerdo a la psicóloga de Clínica Vespucio, Mercy Iriarte, esta intimidación puede ocurrir en diversos lugares, como la calle o el parque, pero principalmente está relacionado con el entorno escolar. “Se trata de dinámicas de abuso de poder, en las cuales una persona humilla a otra para sentirse superior, valiéndose de todo tipo de herramientas de agresión como burlas, insultos y maltratos físicos”, explica.
Algunas señales que pueden alertarnos
· Alteraciones del sueño
· Trastornos de alimentación
· Irritabilidad
· Depresión
· Ansiedad
· Dolor de cabeza
· Falta de apetito
· Pensamientos destructivos, como el deseo de morir
La profesional recomienda que, en caso de que el hijo no quiera ir al colegio o diga que se siente mal cuando en realidad no hay síntomas de enfermedad, se le haga preguntas de modo natural tales como “¿Qué hiciste ayer en el colegio?”, “¿Estuvo entretenido el día?”, “¿Hay algo que no te gustó del colegio?”, etc. “Lo principal es observar al menor y dialogar con él, porque a veces las víctimas tienen tanto miedo que no se atreven a contarlo en casa, o se avergüenzan de ello. Por eso, se debe estar muy alerta a las señales que puedan indicarnos que algo no anda bien en el colegio”, advierte Iriarte.
Atención con estas recomendaciones
+ Mantener la calma y no demostrar preocupación frente al niño; él tiene que ver determinación y positivismo en el rostro de los padres.
+ No esperar que el hijo resuelva solo la situación, y mucho menos con violencia. Esto, lejos de solucionar el problema, podría ocasionar más estrés en los niños o adolescentes. Se deben fomentar, en cambio, valores como la responsabilidad y solidaridad.
+ Se debe trabajar conjuntamente con la escuela para resolver el problema de forma inmediata; hablar con los profesores y pedirles ayuda.
+ Evitar que en casa hayan gritos, golpes o insultos. Se debe recordar que los niños son un reflejo de lo que viven en casa.
+ Enseñarle a los hijos a controlar sus emociones e impulsos.
+ Relacionarse y conocer a los amigos de los hijos.