Por: Jorge A. Walters A.
La Naturaleza nos muestra que, las diversas especies que existen en el planeta, deben luchar por subsistir, enfrentándose a seres superiores e inferiores, dotados de ciertas características físicas que, a unos le dan ventajas en cuanto a fortalezas por sobre otros más débiles, quienes a su vez, cuentan con otro tipo de recursos para protegerse y enfrentar las dificultades. En esta infinita diversidad, la única Ley que regula esa convivencia , al igual como ocurre en la sociedad humana, es la “Ley del más fuerte”.- La Naturaleza tiene el gran mérito de haber calculado con gran sabiduría la perfecta regulación de las especies, para que se auto controlen.- Sin embargo, el ser humano que, por estar dotado de una inteligencia superior, se supone debiera cuidar como nadie a la Madre Naturaleza y el Medio Ambiente, lamentablemente, no lo hace.- En la práctica, ha sido el hombre el ser que, más daño le ha ocasionado a la Naturaleza, debido a su insaciable ambición.- Lo que, al parecer olvida el hombre, es que la Naturaleza, tal como lo afirma Baruch Spinosa, es un ser viviente que, como una maravillosa manifestación en el plano físico, representa a la divinidad, es decir, ese ser superior, o “causa primera” de todo cuánto existe y qué, a menudo, a modo de reacción, se ve obligada a advertir y a sancionar al ser humano, para recuperarse de los daños recibidos.-
El sistema socio-económico que rige a la mayoría de los países del mundo, en forma ingeniosa, ha diseñado una educación ad-hoc para contar con seres útiles al sistema.- La Libre Competencia y el consumismo , los pone a prueba y forzosamente los lleva a un comportamiento individualista, egoísta y para nada solidario.- ”La competencia” lamentablemente, no está enfocada para que, cada cual “compita consigo mismo”, ni para hacer de su persona, la mejor versión posible, sino que, empuja al individuo a “competir con los otros, con el del lado y contra todo el mundo”.- En este afán, surge lo peor del ser humano, porque le fue inculcado que, “ser exitoso” es acumular fortuna y para lograrlo, debe derrotar a sus adversarios a como dé lugar, incluso con trampas y/o, con conductas reñidas con los más elevados Principios y Valores.- El resultado está a la vista, la aún creciente corrupción y los fraudes han socavado la ética y la moral de la gran mayoría de las instituciones, debido a las malas leyes, producto de la siempre nefasta relación entre el dinero y la política.- Lo mismo ha ocurrido con las empresas, no sólo en Chile, sino en casi todo el mundo en que, los empresarios partidarios de la nefasta Libre Competencia, para hacer más rentables sus actividades, se ponen de acuerdo y se coluden para uniformar los precios y evitar que funcione esta odiosa “Libre competencia” que según se nos hace creer, debería regular los precios hacia abajo, en beneficio del consumidor.- Eventualmente, la cesantía, también puede ser manejada comunicacionalmente por el poder económico, para desprestigiar al gobierno de turno culpándolo de ser ineficiente y responsable del bajo crecimiento económico del país.- Aunque, no lo dicen, la cesantía que también está en sus manos regularla, permite al Poder Económico, aprovecharse de la mayor oferta de mano de obra, para reducir cuanto les sea posible, el monto de los salarios que se ofrecen.- En el mundo de la política, especialmente en vísperas de elecciones, la “competencia” alcanza ribetes fétidos y repugnantes, entre quienes se disputan el poder.- La ambición, las deslealtades, las tenebrosas maquinaciones, la ruptura de pactos, o de alianzas, los cálculos sobre los efectos de tales, o cuales escenarios políticos, provocados muchas veces por declaraciones de los propios adversarios difundidas para bajar a algún candidato y así despejar el camino, resultan recurrentes.- Es de esperar que, la ciudadanía, cada vez mejor informada y con un nivel superior de consciencia, sepa distinguir los unos(as) de los otros(as) y cuando corresponda, decida sufragar mayoritariamente y con gran sabiduría, eligiendo como sus representantes, a aquellos(as) candidatos(as) creíbles, con una visión más moderna y futurista, en lo posible, los menos vinculados, con esos antiguos y tan desprestigiados políticos que, por propia conveniencia, como retribución a quienes financiaron sus candidaturas, legislaban a favor de ellos y siempre se han opuesto a los necesarios cambios que apuntan a favorecer a las mayorías y que, de ser re-electos, de seguro, quisieran volver atrás y hacer borrón y cuenta nueva.-
Si concuerda con lo expresado ¡¡¡QUE ASÍ SEA!!!