Por: Alexis Pallauta Gómez
Sabido es que el presupuesto 2015 fue hecho (y aprobado) sobre supuestos que distan de la realidad (crecimiento proyectado, precio del cobre, etc…) lo cual ya constituye una irresponsabilidad, por cuanto todo el mundo le dijo al gobierno que era un presupuesto irreal y, por tanto, imposible de cumplirse. A pesar de todos los desmentidos y explicaciones del ministro de Hacienda, a poco andar el gobierno empezó a reconocer entre lo presupuestado y la realidad hay un déficit importante, que la plata no alcanzará y que habrá que recortar proyectos y expectativas.
Ante este escenario, el gobierno realizó un ajuste al presupuesto, recortando algunos de los supuestos, para “sincerar” el déficit… pero nuevamente el ministro de hacienda peca de “ilusamente optimista” al bajar el precio supuesto del cobre a US 2,57/libra, en circunstancias que hace pocos días el propio Presidente de Codelco declaró que el precio estimado futuro no sobrepasará los US$ 2,10/Libra. ¿ Quién entiende la tozudez del ministro de hacienda que desoye todas las proyecciones ? , ¿ acaso pretende imponer una realidad a costa de optimismo ?.
Al igual que aquel programa de TV en que las familias caen en una situación de deuda insostenible, principalmente a raíz de su irresponsabilidad, el país ha ido cayendo en un nivel de endeudamiento histórico (lo cual, obviamente, se informa poco en los medios de comunicación), al punto que las Clasificadoras de Riegos ya están mirando con recelo la situación económica del país y se espera una baja en su calificación-país, lo cual redunda (o redundará) en un significativo aumento en las tasa de interés a las cuales accede Chile, es decir los prestamos le saldrá más caros al país (no perdamos de vista que los pagos lo harán los futuros gobiernos, no el actual).
Lo peor, en medio de este escenario, es que no se ve que al gobierno asumiendo la realidad y tomando medidas serias, por tanto veremos al gobierno buscando plata a cualquier costo, para hacer frente a sus ofertones; por ejemplo: veremos un fuerte impulso a las concesiones de obras, es decir, el gobierno entrará en una vorágine de concesionar todo lo “consecionable”, al mejor estilo de Lagos (ya sabemos los resultados de eso, no ?)
Ante esta realidad, el ciudadano común, no tiene forma de cambiar su suerte, por así decirlo, sino sólo intentar mitigar sus efectos, principalmente a través de tomar conciencia de la realidad e intentar fortalecer su posición para enfrentar la contingencia, por ejemplo: reducir deudas, ahorro, etc…
Esperemos que no tengamos que lamentar situaciones catastróficas y que los chilenos asuman la realidad (cosa que el ministro de hacienda no ha hecho), y si pensamos que al gobierno aún le restan 2 años de mandato, sólo podemos esperar que para ese entonces no nos encontremos “con el agua al cuello”.