Alejandro Cuadra, gerente general de Codelco Andina
La empresa presentó un Estudio de Impacto Ambiental para adecuar algunas de sus obras mineras en la mina rajo, con el objetivo de evitar impactar glaciares y dar continuidad a su operación manteniendo el mismo nivel de producción actual.
Su gerente general, Alejandro Cuadra, aclara que “no es una expansión, como el proyecto 244, que fue descartado el 2015, sino que se trata de dar continuidad a nuestra operación actual autorizada, sin aumentar producción, consumo de agua ni vida útil”.
El pasado 9 de enero, la División Andina de Codelco presentó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) un proyecto que adecúa obras mineras específicas para dar continuidad a sus operaciones en la cordillera de la Quinta Región, manteniendo su actual nivel de producción y vida útil.
¿Este es el proyecto 244 reformulado?
No. Este proyecto no tiene relación alguna con el 244, el cual fue retirado de evaluación ambiental el año 2015 y no se ejecutará. Tal como se ha informado públicamente, el proyecto de futuro de Andina está en etapa de estudio e ingenierías de prefactibilidad, y no estará preparado antes de dos años. El EIA que presentamos esta semana, y quiero destacar este punto, tiene exclusiva relación con las actuales operaciones, pues mantiene producción, consumo de agua y vida útil.
Se señala en el EIA que se busca modificar la operación actual, que ya está aprobada ¿por qué hacerlo?
División Andina busca dar continuar a sus operaciones actuales, pero sin afectar los glaciares cercanos a sus instalaciones, lo que representa una mejora en la sustentabilidad de nuestras operaciones. Por eso estamos cambiando la forma de nuestro rajo actual y del Depósito de Lastre; y lo hacemos de manera proactiva.
¿Existe una estrategia de fondo en esta iniciativa, cuál es?
Debemos entender que hoy día la sociedad, la legislación y el mundo en general es mucho más exigente respecto de los estándares ambientales. Así lo entendemos como empresa del Estado. Este EIA es un nuevo paso en esa dirección, lo que se suma a las inversiones realizadas desde el año 2016 en el cambio del concentraducto, el reforzamiento de nuestra canaleta de relaves y el nuevo sistema de transporte de concentrado hacia el puerto de Ventanas.
¿Se generarán nuevas plazas de trabajo por este proyecto?
Durante los 36 meses que se proyectan para la construcción, se generarán alrededor de 450 empleos en promedio, considerando profesionales, trabajadores y operadores calificados. En ese contexto División Andina pondrá especial énfasis en la contratación de mano de obra local, para lo cual hemos asumido el compromiso voluntario de implementar un intenso plan de empleabilidad.
Someter a evaluación ambiental un proyecto, supone la existencia de impactos en el medio ambiente ¿Cuáles son estos?
El proyecto se ha diseñado para mantener las condiciones ambientales de calidad del aire, calidad de las aguas superficiales y para no afectar glaciares. No obstante ello, si existen impactos significativos, los que hemos declarado y del cual nos haremos cargo. Estos ocurren debido a la reconfiguración del Depósito de Lastre y consisten en la pérdida de flora, afectación de fauna de baja y mediana movilidad y pérdida de un sitio arqueológico. Para cada uno de ellos se proponen medidas de compensación y compromisos voluntarios, para mitigarlos.
¿Cuáles son estos compromisos voluntarios?
El proyecto contempla compromisos voluntarios en el ámbito social y ambiental que dan cuenta de cómo División Andina avanza en esta lógica de compatibilizar la minería con el medio ambiente y la sociedad en general. En lo social, destacan programas de empleabilidad y mejoramiento de infraestructura pública y de servicios de las comunidades vecinas, como una pasarela peatonal en Chacayes, la construcción o reparación de puentes “cimbra”, postes e iluminarias con paneles solares en paraderos del transporte público, posta rural en Río Blanco y recuperación de áreas verdes en diferentes localidades del Camino Internacional. Por otra parte, se propone fortalecer la gestión e infraestructura de diversos APR (Agua Potable Rural), también del Camino Internacional.
En lo ambiental, los compromisos voluntarios consideran programas de monitoreo de calidad del aire, aguas superficiales y subterráneas y glaciares próximos a las faenas de Andina. Destaca el monitoreo continuo y en línea del río Blanco, cuyos resultados estarán disponibles en un sitio web de acceso público. Finalmente, el EIA propone un plan de protección y conservación de las vegas andinas del Parque Andino Juncal, considerando estudios e infraestructura con fines educacionales, científicos y de resguardo, más el desarrollo de un programa educacional y de difusión.
¿Han informado a la comunidad respecto de este proyecto?
Efectivamente. Los últimos meses del 2017 realizamos una Participación Ciudadana Anticipada, desarrollando reuniones, talleres, casas abiertas y actividades puerta a puerta, para informarles sobre el proyecto de manera temprana a los vecinos de Río Blanco y del Camino Internacional. Fue un proceso de diálogo y participación muy activo y valioso para nosotros, y a través del cual –junto con informar de manera transparente- pudimos recoger preocupaciones y expectativas de la comunidad.
¿Es optimista respecto de esta evaluación ambiental?
Si, optimista, pues hemos desarrollado un proyecto que tiene como eje central la sustentabilidad de nuestras operaciones, de forma que este yacimiento que explotamos pueda seguir siendo un aporte al desarrollo del valle y del país, con altos estándares operacionales, con procesos confiables que aseguren el cuidado del medio ambiente y el cumplimiento de la legislación vigente. Con esta visión queremos proyectar el futuro de la División Andina, pues es la forma correcta de hacer las cosas y de ser un aporte para el desarrollo de Valle de Aconcagua.