En estos momento de la pandemia de coronavirus es indispensable tener claro que estamos frente a un asesino implacable, que escogió las formas más crueles para contagiarnos, aprovechando nuestros hábitos sociales. Los expertos nos dicen que en este momento la tarea más inmediata es evitar la propagación del contagio y para ello es necesario potenciar el aislamiento domiciliario, un estricto aseo con jabón de nuestras extremidades y disminuir todo contacto con otras personas, que sin saberlo, podrían estar contagiadas.
Compartiendo el criterio de especialistas, creemos que se debe implementar el uso de herramientas tecnológicas más efectivas y que vayan el fondo en la pesquiza de casos de contagios, el aislamiento de quienes ya lo están y su ingreso a un centro médico cuando la acción del virus pone en peligro la vida de la persona contagiada.
En el ámbito de la detección del contagio se ha abierto una discusión sobre la eficacia de los métodos de diagnóstico, especialmente la aplicación del test rápido, cuya aplicacion difusión ha surgido como una solución inmediata a su detección.
Informaciones científicas referidas a Salud Púbica que he consultado, sostienen que si bien son simples de aplicar y sus resultados se obtienen en 15 minutos, estos se basan en detectar la presencia de anticuerpos, por lo que quien dé positivo puede ser portador del virus.
El problema es que los anticuerpos recién se desarrollan después de una semana de contagio, por lo que el test rápido podría arrojar un «falso negativo», o sea la persona podría estar contagiada pero no evidenciarlo el exámen y por lo tanto estar contagiando a otras personas creyendo que está sano.
Como opción más confiable está el exámen de laboratorio conocido como RPC, aunque su resultado demora cerca de 5 a 6 horas, que en base a la amplificación de una muestra de material genético del virus, tomada de la garganta, permite con total certeza saber si la persona está contagiada y que por lo tanto, requiere un tratamiento médico y de aislamiento.
Creo que si aplicamos una cuarentena rigurosa y se hace el examen PCR a los casos sospechosos, estaremos yendo al fondo del problema, atacando el virus en su fuente de orígen. Sobre el uso de esta técnica, el Instituto de Salud Pública ha hecho capacitación en hospitales, acción en la cual el servicio médico municipal también podría participar, habilitando un laboratorio, capacitando al personal y adquiriendo los kits correspondientes. Así se focalizarían los recursos humanos y técnicos en la búsqueda de soluciones de fondo, los que además nos permitirían dejar habilitada una tecnología médica que podemos necesitar a futuro».
OCTAVIO ARELLANO ZELAYA, CONCEJAL