Investigación de la PDI, declaraciones claves y pruebas presentadas por la Fiscalía de Los Andes acreditaron participación del acusado
Una pena de 10 años y un día de presidio mayor en su grado medio, más accesorias legales, por su responsabilidad en calidad de autor del delito consumado de homicidio simple en contra de José Armando González Saavedra, de 60 años, conocido como “El Monona”, impuso finalmente el Tribunal Oral en lo Penal de Los Andes en contra de Kevin Lester Villablanca León, de 26 años.
Como informamos en su oportunidad y en la edición del pasado viernes luego que el acusado fuera declarado culpable del delito en el juicio oral llevado en su contra, los hechos se produjeron el sábado 11 de julio de 2015 en el Campamento Bicicross, en donde la víctima y en medio de un altercado fue agredido con un madero grueso en la cabeza, golpe que le causó una fractura de cráneo complicada que desembocó en un traumatismo encéfalo craneano y que le ocasionó la muerte pasadas las 23:30 horas del mismo día en el Hospital San Camilo de San Feilpe.
La determinación la adoptaron las magistrados Alessandra Tubino Tassara, María Cornejo Sandoval y Carolina Escandón Cox.
En el fallo se estableció que la pena corporal impuesta el condenado deberá cumplirla de manera efectiva y completa, sirviéndole de abono el tiempo que permaneció privado de libertad por esta causa correspondiente a un total de 216 días, contados desde el martes 14 de julio de 2015 a la fecha, restándole el tiempo que se suspendió dicha medida entre los días 28 de septiembre y 28 de noviembre de 2015, fechas entre las cuales el sentenciado ingresó a cumplir una pena de 61 días de prisión.
Asimismo, se dispuso que Gendarmería tome muestra de ADN para ser incorporada en el registro nacional de condenados.
VÍCTIMA ALCANZÓ A DECIR QUIEN LO HABÍA AGREDIDO
El fiscal del Ministerio Público de Los Andes, Osvaldo Basso Cerda, quien estuvo a cargo de la investigación de esta causa, expresó que en el tribunal sopesaron las declaraciones de los detectives de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI), “quienes dieron cuenta del trabajo investigativo y de las declaraciones que recabaron, particularmente de una testigo presencial y de la hermana del occiso, quien en horas de la tarde del día de los hechos en el Hospital de San Felipe logró hablar con su hermano y que le señaló quien había sido el autor de la agresión; más pruebas científicas, documentos, el relato del médico del hospital que lo atendió y se adquirió con ello convicción en cuanto a la existencia del hecho y la participación del imputado”, recalcó.