César Díaz Díaz, trabajador y estudiante universitario de 19 años
Hondo sentimiento de pesar en diversos sectores de la comuna de San Esteban como también de las ciudades de Los Andes y San Felipe provocó el lamentable y repentino fallecimiento del joven de 19 años identificado como César Patricio Alejandro Díaz Díaz, quien dejó de existir a consecuencia de las graves lesiones sufridas producto de un fuerte golpe en la cabeza, lo que ocurrió durante un partido de fútbol que jugó con sus compañeros de trabajo.
Su deceso, producto de hemorragia cerebral, traumatismo encéfalo craneano y lesiones severas en el tronco encefálico, se produjo pasadas las 21:30 horas del miércoles 13 en la Unidad de Tratamiento Intensivo (UTI) del Hospital San Camilo de San Felipe, hasta donde fue derivado en el transcurso del mismo día luego de haber ingresado y sido atendido en el Servicio de Urgencia del Hospital San Juan de Dios de Los Andes.
El velatorio del malogrado joven se efectuó en la sede social de la Villa Los Ríos de San Esteban, realizándose a las 15:30 horas del viernes la misa en que se oró por su descanso eterno y posteriormente el funeral en el Cementerio Parroquial de la comuna, en medio del profundo dolor de sus familiares, polola, amigos, vecinos, compañeros de universidad y de trabajo, y quienes le conocían.
El difunto era estudiante de segundo año de la carrera de Construcción Civil en la Universidad de Playa Ancha sede San Felipe y, además, trabajaba en la Inmobiliaria y Constructora 3L.
SALTÓ A DISPUTAR EL BALÓN
De acuerdo a los antecedentes recabados por El Andino y lo manifestado por su madre, la señora Margarita Díaz, el infortunado incidente que terminó por arrebatarle la vida a César Díaz -el segundo de cuatro hermanos- se produjo en el epílogo del encuentro deportivo que disputaba junto a sus compañeros de trabajo, que sostenían el martes 12 después de la jornada laboral.
Fue a los 89 minutos cuando saltó con otro jugador a disputar el balón, golpeándose ambos fuertemente la cabeza y cayendo al campo de juego algo lesionados siendo asistidos por sus compañeros, pero instantes después se recuperaron y volvieron a ponerse de pie.
LLEGÓ CON DOLOR DE CABEZA A LA CASA
Sin embargo, luego del encuentro el joven regresó a la casa de su hermana en la calle Béjares presentando dolor de cabeza, señalándole ella que lo quería llevar al médico para que lo examinaran, no obstante él dijo que no al no prestarle mayor importancia y pensando que se le pasaría, para después irse a acostar.
Su estado de salud empeoró, ya que alrededor de las 2:00 horas de la madrugada del miércoles su cuñado lo fue a ver al dormitorio encontrándolo con convulsiones, a raíz de lo cual se le trasladó hasta la Urgencia del centro asistencial andino.
Conforme a lo señalado por la progenitora, en el recinto “al parecer hicieron un mal procedimiento, porque solo le pusieron un respirador y el tema del monitoreo, absolutamente nada más, dejando a mi hijo ahí y sin asistencia porque supuestamente ya no había nada que hacer. Aproximadamente a la una de la tarde lo llevaron al Hospital San Camilo ya en coma. Cuando llegó él se movía, ya que quería vivir”, expresó, sosteniendo que si inmediatamente lo hubiesen derivado a un hospital de Valparaíso “lo hubieran podido ayudar”.
“ESPERABA UN MILAGRO”
Agregó que en el centro asistencial sanfelipeño fue atendido por el equipo médico y le practicaron exámenes, sin embargo con el paso del tiempo se le confirmó muerte cerebral y fue desconectado de ventilación mecánica, “no porque yo quisiera, como apareció en un medio digital, sino porque el doctor me dijo que existía una ley de que a mi hijo había que desconectarlo, quisiera yo o no. Yo le pedí que no lo hiciera porque su papá llegaba en la mañana del otro día desde Iquique, pero no fue posible porque según el médico no se podía, porque yo esperaba un milagro”, contó, añadiendo que luego llegó personal por el tema de la donación de órganos.
La señora Margarita manifestó que la muerte de su hijo ha causado profundo dolor, ya que era muy bueno, deportista, responsable, trabajaba para costearse sus estudios, consejero y era muy querido. “Él tenía muchas ilusiones, quería terminar sus estudios, salía a andar en bicicletas y su pasión era el fútbol. Fue un gran amigo de todos y deja un gran legado”.
Dio a conocer que sus estudios básicos los realizó en las escuelas República del Brasil y El Corazón de San Esteban, en tanto que la enseñanza media la cursó en el Liceo Mixto de Los Andes.