En plenas vacaciones de invierno, los estudiantes tienen un gran abanico de posibilidades para aprovechar el tiempo. Sin embargo, para que los niños disfruten al máximo este período de relajo, hay que tener en cuenta algunos resguardos que permitan disfrutar del descanso de manera saludable y segura.
Según explica el Dr. Luis González, pediatra de Clínica RedSalud Providencia, “es importante mantener un horario de actividades para evitar desórdenes en las comidas o alteraciones en las horas de sueño, sobre todo considerando que las vacaciones son cortas”.
“Obviamente esta es una etapa de descanso donde los niños pueden levantarse un poquito más tarde, pero eso no implica que se salten el desayuno. Es importante que incluya frutas, cereales y lácteos; después de eso, puede tener un espacio recreativo, dentro o fuera de la casa, creando una rutina para mantener hábitos similares a los del colegio. No hay que olvidar que ésta es una pausa momentánea, ya que aún queda la mitad del año por delante”, asegura el experto.
Cuando se trata de actividades al interior del hogar, el especialista advierte sobre algunos factores de riesgo como, por ejemplo, las estufas. “Los niños más pequeños son muy inquietos, sobre todo los menores de seis años, por eso es clave educarlos sobre los elementos de riesgo que hay en casa, tales como enchufes, estufas y cocinas. Los padres deben preocuparse de enseñarles a sus hijos que acercarse a lugares donde hay electricidad o a las fuentes de calor, puede provocar daños graves como quemaduras”, advierte.
Respecto de aprovechar este período para realizar deporte o juegos al aire libre, el Dr. González recomienda siempre evaluar primero la calidad del aire y luego decidir.
“Si hay preemergencia o emergencia ambiental, lo ideal es no hacer actividad física en el exterior, especialmente en las comunas donde es más alto este índice. En ese caso, lo mejor es hacer otras acciones como pintar, armar rompecabezas, juegos de naipes o de roles, pero también fomentar la lectura para que cuando el niño vuelva al colegio no pierda este hábito”, destaca el pediatra.
Cuando existan las condiciones adecuadas para jugar y divertirse en el exterior, la advertencia es no exagerar con la actividad aeróbica, para evitar dolencias musculares o sobre exigencias innecesarias.
“El deporte es muy importante para nuestra salud mental y es beneficioso para el cuerpo, sin embargo, si la actividad física que se realiza no es de orden competitivo o de alto rendimiento, debe ser proporcional a la edad de los niños. Lo ideal sería realizar algo moderado, con una frecuencia de tres veces a la semana, preocupándose de la preparación, precalentamiento y el uso de ropa adecuada”, recomienda el pediatra de Clínica RedSalud Providencia.
Por último, el experto llama a los padres a vestir a sus hijos sin arroparlos en exceso, sobre todo cuando estén en movimiento.
“Muchos padres asumen el abrigo del niño de acuerdo con su propia percepción del frío. Sin embargo, los niños, especialmente los más pequeños, tienen un metabolismo basal mayor al de un adulto y por eso generan mucho más calor. A eso se suma que, al ser más inquietos, realizan mayor actividad física. Por eso, el consejo es abrigar por capas”, sugiere el especialista.
En ese sentido, el Dr. González recomienda privilegiar una primera capa de prendas hechas con telas que evaporen la sudoración, evitando el algodón u otro material que se empape con la transpiración. La idea es tener a mano chaquetas y polerones que permitan ir abrigando o desabrigando a los niños con el objetivo de mantenerlos a una temperatura constante, evitando así cambios bruscos de temperatura.