Por: Abel Cortez Ahumada
Un segundo voto es crucial en la elección del domingo 25 de octubre. No basta con votar apruebo, es clave definir el mecanismo sobre cómo y quiénes van a redactar una nueva Constitución. Sin duda la mejor opción disponible es la Convención Constitucional, ya que asegura que todos/as quienes quieran participar de la redacción de una Constitución sean electos directamente por la ciudadanía, quien les dará un mandato. Si Aprobamos una nueva Constitución, es una consecuencia democrática lógica votar por todos/as los constituyentes que la van a redactar. Es imposible construir algo nuevo, con un 50% de parlamentarios designados externamente.
Nuevamente aquellos que quieren confundir, dicen que la Convención Constitucional sería un doble Congreso, o que el país se detendría. Falso. El Congreso seguirá funcionando y haciendo sus leyes y la Convención Constitucional sólo será encargada de redactar y proponerle al país una nueva Constitución. De hecho, una Convención Mixta Constitucional generará un problema, ya que además de que los parlamentarios mantendrán su dieta millonaria, deberán participar en el Congreso y en la Convención, deteniendo y entorpeciendo ambos espacios. Si vamos a redactar una Constitución nueva, los convencionales tienen que estar dedicados exclusivamente a esta tarea.
Se dice también que el Congreso asegura experiencia legislativa en la redacción constitucional. Este es un análisis que llama a la confusión, ya que los convencionales constituyentes serán personas con conocimiento en el proceso, al ser electos en una campaña sobre el tema. Pero además deben tener experiencia en otros ámbitos de la vida social. Necesitamos dirigentes sociales, gremiales, sindicales, líderes de opinión, actores políticos, empresarios, intelectuales, artistas, etc. Cómo esta es una Constitución para la sociedad, no se requiere solamente de abogados, necesitamos personas de todos los ámbitos de la vida, porque la Carta Magna debe reflejar la diversidad del país y sus demandas. Para una redacción jurídica correcta de la Constitución, la Convención Constituyente tendrá una Secretaría técnica de apoyo.
Se dice también que una nueva Constitución con una convención paralela, es un gasto excesivo para el Estado. Lo dicen los mismos que se oponen a subir el impuesto a las grandes empresas, prefiriendo subir el IVA, los mismos que se oponen a reducir las dietas parlamentarias, los mismos que se silencian ante los perdonazos a los empresarios coludidos y que incurren en delitos, cómo fue el caso reciente de Ponce Lerou. El Estado debe incurrir en este tipo de gastos ( que son menores comparados en global del presupuesto) para resolver problemas de fondo cómo es la generación de un nuevo acuerdo social entre los ciudadanos, reflejado en una nueva Constitución.
Además, la Convención Constitucional será la única en el mundo en asegurar completa paridad: 50% de hombres y 50% de mujeres. En cambio la Convención Mixta (aunque su nombre llama a confusión) no asegura la representación igualitaria entre hombres y mujeres, ya que el 50% de quienes la conformarían vienen del Parlamento y son designados directamente por los partidos políticos.
Es cierto, la Convención Constitucional se va a regir por los distritos de la elección a diputados y por el tamaño de estos distritos, se hará difícil -no imposible- tanto para independientes como para las provincias pequeñas, poder tener representantes. Aparecerán rostros conocidos a nivel nacional. Pero en un proceso de activación política de la sociedad, como el actual momento constituyente, ésta va a ejercer un control mayor sobre los elegidos y al mismo tiempo, tendremos la posibilidad de levantar candidatos que recojan las banderas del Chile nuevo que hay que construir.
Yo en lo personal era partidario de una Asamblea Constituyente Soberana que se diera a sí misma el quórum y que tuviera entre 300 o 500 constituyentes asegurando la elección de representantes de todas las provincias del país y -sobre ello- la representación demográfica. Pero enfrentados a la realidad histórico-política del plebiscito del domingo 25, la mejor opción disponible es una Convención Constitucional paritaria entre hombres y mujeres, que asegure que todos aquellos constituyentes reciban un mandato de la ciudadanía sobre el proyecto de sociedad que queremos para la nueva Constitución. APRUEBO, CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL.