El 13 de marzo de 1904 fue unaugurado el Cristo Redentor de los Andes, majestuosa obra que se alza en plena cordillera, en el límite de Chile y Argentina y que vela por la paz de ambos países. De ello han pasado ya 114 años de existencia de esta colosal obra realizada por el escultor argentino Mateo Alonso y que se erigiera en el paso de Uspallata (Mendoza) y El Bermejo (Los Andes ), a 3.854 metros sobre el nivel del mar.
La historia cuenta que el proyecto del Cristo Redentor de los Andes fue una iniciativa de monseñor Marcolino Benavente, Obispo de Cuyo, y de Angela Oliveira, hermana de Filiperto de Oliveira y cuñada de Eduardo Wilde, impulsor de la idea. «No obstante, y sin afán de polemizar sobre este asunto, es conveniente destacar que Monseñor Fidel Araneda Bravo, en su Historia de la Iglesia de Chile, afirma que la idea habría provenido de Monseñor Ramón Angel Jara al regreso de su viaje al Concilio Plenitenciario de la América Latina, a su paso por Buenos Aires donde llegó el 15 de noviembre, de regreso a Chile, en 1899. Jara habría lanzado la idea de erigir un monumento al Divino Redentor en la cumbre de los Andes», escribe en su libro «Breve Historia del Cristo de los Andes», el historiador andino René León Gallardo.
La inauguración de la colosal obra sirvió para conmemorar la superación pacífica de un conflicto por cuestiones de límites que había llevado a ambos países a estar al borde de la guerra.
«Se desplomarán primero estas montañas, antes que argentinos y chilenos rompan la paz jurada a los pies del Cristo Redentor», expresa un fragmento del discurso del Obispo de Ancud, Ramón Angel Jara.