Por Hugo Rodríguez Bernal
Salir del avión y bajar a la losa del aeropuerto de Bahía es recibir de golpe un chorro de calor exuberante al que nosotros los chilenos, no estamos acostumbrados, a pesar de estar mentalizados, como dicen los futbolistas, al saber del calor ecuatorial de este hermoso Estado del noreste de Brasil. Como en la mayor parte de este enorme país, tanto las personas, como los lugares tienen nombre y sobrenombre. La ciudad se llama Salvador, pero se conoce como Bahía, que en realidad es el nombre del Estado. Brasil es federal, cada estado tiene su gobierno, parlamento y tribunales de justicia, distinto a los otros estados.
En la costa del Brasil que en general es pareja, hay una bahía amplia, aunque de entrada algo estrecha, los portugueses le pusieron el nombre de Bahía de Todos los Santos y a la ciudad Salvador y fue la primera capital de tiempos de la Colonia. La verdad es que con sus azulejos blancos, celestes y azules, se parece mucho a Lisboa la capital del Portugal. Muchas casas, instituciones, fuentes en las plazas están así adornadas.
La cultura desarrollada en Salvador, la ciudad más antigua de Brasil, ha influenciado decisivamente en otras regiones del país, y en la propia imagen que se tiene de Brasil en el exterior. Desde el siglo XVII se observa en lo que ahora es el estado de Bahía una dualidad religiosa: Por un lado la religión católica; mientras que por el otro lado, el candomblé (de origen africano). La llegada de los africanos venidos del Golfo de Benim y del antiguo Sudán, en el siglo XVIII, fue decisiva para el desarrollo de la cultura de Bahía en su conjunto. Esto es lo que distingue la cultura de Bahía de la cultura encontrada en otros estados brasileños. Se calcula que en el periodo colonial siglos XVII y XVIII unos seis millones de esclavos fueron llevados a la fuerza al Brasil desde África en pésimas condiciones.
Los negros yorubanos y nagós establecieron una rica cultura en las tierras de la Bahía de Todos los Santos. Puesto que tenían una religión propia, el candomblé, una música propia como la chula y el lundu, una danza propia, practicada en la Samba Roda, una cocina propia, que dio origen a la cocina de bahiana, inventando diversos platos a base de aceite de palma y agua de coco (todas con un aporte de los indios Tupinambá y Tapuia), y postres, éstos últimos provenientes de Portugal, una técnica de lucha propia, el capoeira y el maculelé (una técnica de danza); vestimenta propia, mezclando las ya tradicionales indumentarias africanas con las vestidos portugueses y una mezcla de lenguas, resultado de la mezcla del idioma yorubá con el portugués..
Salvador tiene numerosas playas a lo largo de la costa Atlántica, y la costa de la Bahía de Todos los Santos. Las principales playas urbanas son Itapuan, Pituba y Porto da Barra. Las playas de la ciudad atraen tanto a los habitantes locales como a turistas, principalmente debido a la agradable temperatura del agua. Casi todas las playas cuentan con restaurantes típicos situados sobre la arena (chiringuitos), donde se prepara marisco y diversas bebidas, en especial la cerveza servida muy fría. Además, en las playas se pueden encontrar puestos de «bahianas», donde se puede comer el acarajé, un buñuelo de porotos (frejol) fritos en aceite de palma – comida típica afro-brasileña. Las islas cercanas de Itaparica y Do Frades, son muy hermosas, de arenas blancas y aguas transparentes, balnearios muy concurridos, excursiones en pequeñas embarcaciones típicas las scubas.
En el centro histórico se encuentra el barrio llamado Pelourinho, famoso por las obras del escritor Jorge Amado, entre otras, Doña Flor y sus dos Maridos y la célebre Tieta de Agreste, con calles estrechas adoquinadas y curvas, con muchos talleres y pequeñas tiendas de artesanías, joyerías y otros artículos. También hay varias ciudades pequeñas en las cercanías, que podrían haber sido la Agreste de Tieta. Porque la historia de doña Flor ocurre en la misma Bahía en el Pelourinho. Ahí mismo frente a una plaza, donde se castigaba a los esclavos rebeldes, está la casa del escritor ahora museo. Famosas canciones como Bahía, O qué será que será y Mañana de Carnaval.
Jorge Amado adoptó un compromiso social con los pobres, los desposeídos, los marginados de la sociedad: obreros, campesinos y vagabundos pueblan sus novelas, ellos se convierten en protagonistas y héroes. Con el paso de los años, poco a poco comprendió que el bien y el mal no son frutos de la pobreza o la riqueza, sino que nacen de la voluntad y el carácter de cada persona. La literatura latinoamericana de la década de los años 60 tuvo un precursor en la obra de Jorge Amado, en cuyas obras mezcla el realismo social con unas acertadas dosis de humor, erotismo y sensualidad y heroísmo romántico.
Vitoria y Bahía son los dos clubes de futbol más importantes del estado, juegan en el gran estadio Fonte Nova. Pero al lado de otros clubes brasileños, casi pasan desapercibidos, en Chile sería potencias futbolísticas de primer orden.
El carnaval más alegre, vistoso y tradicional de todo Brasil se efectúa en Bahía, hasta el Pato Donald visitó a su amigo Pepe Carioca y bailó entre las casitas del Pelourinho en el centro de Bahía, en los dibujos animados. El carnaval une por unos días a todas las clases sociales de un país enormemente desigual y el maquillaje que todos comparten es uno de sus nuevos símbolos. Walt Disney también estuvo en Chile, en época de don Pedro Aguirre Cerda, dibujó el avión Pedrito.