Por Hugo Rodríguez Bernal
En 1831 cuando en Chile gobernaban el presidente Joaquín Prieto y su poderoso ministro don Diego Portales, al frente del partido Conservador, sale desde Inglaterra un barco de exploración científica llamado Beagle a cargo del capitán Robert Fitz Roy y abordo viene un joven naturalista Charles Darwin a conocer, observar, mirar, anotar, describir en un viaje que le llevaría a recorrer lo desconocido a descubrir los paisajes y seres vivos que habitaban las zonas inexploradas del mundo.
El joven de 22 años recién graduado, recibió el cargo con entusiasmo, aconsejado por el biólogo, paleontólogo y anatomista, Richard Owen (coautor de la teoría de la evolución). Darwin se unió entonces a la tripulación del barco
Escribió un Diario de Investigaciones, donde reúne sus memorias del viaje, así como anotaciones de índole científica relativas a biología, geología y la antropología que prueban su extraordinaria capacidad de observación. Aunque el trayecto del Beagle pasó en ocasiones por los mismos lugares, Darwin ordenó las referencias científicas por lugares, en lugar de hacerlo cronológicamente. Este diario, libro que representa las primeras anotaciones que sugieren las ideas que más tarde le llevarían a escribir su teoría de la evolución por la selección natural.
Su teoría de la Evolución de las Especies, marca un gran cambio en la Historia de la Ciencia, fue primera vez que se menciona el concepto de Selección Natural esto es que los integrantes jóvenes de cada especie compiten entre ellos por los escasos alimentos disponibles permitiendo la sobrevivencia solo de los más fuertes, donde sus características genéticas predominan a través del proceso evolutivo.
La reacción contraria fue fuerte, en parte de la comunidad científica que suponía que los cambios entre las especies se deben a colosales cataclismos, que eliminan a unos y nacen otros. El Mundo religioso consideró este tema como una herejía al suponer que el Hombre también era un animal, como los otros.
Las conclusiones de Darwin proceden de la expedición efectuada en torno al Mundo a bordo del bergantín Beagle, en su calidad de naturalista pudo observar las diferentes formaciones geológicas, fósiles y organismos vivos en diferentes lugares del Mundo.
Su viaje duro más de cinco años recorriendo las islas del Cabo Verde, las costas del Brasil, Uruguay, Argentina, las islas Malvinas, las islas del extremo sur de Chile, Tierra del Fuego, Navarino, Lennox, Picton y Nueva. Por eso el nombre del Canal de Beagle. Consideró a los yaganes del extremo sur como pueblo de una cultura muy elemental y básica. Permanecieron casi tres meses en esa zona, efectuando detalladas observaciones geológicas, botánicas, zoológicas y antropológicas.
Llegan a Valparaíso en 1834 desarrollando varias expediciones por la zona central de Chile y una expedición a Valdivia y Osorno donde lo sorprende un violento terremoto. De retorno en Santiago en 1835 emprende un interesante viaje a Mendoza que lo acercó claramente a Los Andes y al camino cordillerano muy mejorado luego del trabajo intenso de Ambrosio O’Higgins cincuenta años antes y la construcción de varios refugios en la ruta.
Los Caracoles, el río Juncal, la Laguna del Inca, el Puente del Inca y la cumbre del Aconcagua fueron testigos del viaje de Darwin. En su breve estadía en Mendoza fue picado por vinchucas y le produjo el mal de Chagas. Retorna a Chile por Uspallata y Los Andes.
Luego se traslada a los territorios mineros de Coquimbo, Huasco y Copiapó. En Julio retorna al Beagle en el puerto de Caldera para recorrer las costas del Perú y Ecuador más las islas Galápagos completando la expedición en Octubre de 1835. Un año después Darwin regresa a Inglaterra y redacta su libro “Viaje de un Naturalista alrededor del Mundo”, publicado en 1839
Luego de una prolongada vida dedicada a la investigación científica, Charles Darwin fallece en su residencia de Down House en Londres en 1882, su funeral se efectuó en la importante abadía de Westminster, junto a otros importantes súbditos británicos destacados en distintos ámbitos del desarrollo cultural. En el siglo XX los estudios de ADN revelaron claras evidencias de lo correcto de su teoría de la evolución a pesar de las controversias surgidas, especialmente con las posturas religiosas, no solo cristianas.
