Por Hugo Rodríguez Bernal
Un año, un mes y 24 días después de la batalla de Chacabuco, ocurre la batalla de Maipo, así se decía entonces, fueron nuestros aliados argentinos, quienes cambiaron por Maipú el nombre de ese pueblo, hoy una de las comunas de mayor población de Chile.
Es la Patria Nueva, iniciada con la victoria de Chacabuco el 12 de Febrero de 1817 que llevó a Bernardo O’Higgins al gobierno de Chile con el título de Director Supremo. Partes del ejército realista, derrotado en Chacabuco, con graves bajas, se dirigieron desordenadamente hacia el sur del país, regiones que eran algo adictas al rey de España, principalmente, Concepción, Valdivia y Chiloé.
Es una época de difíciles comunicaciones y muchos no se convencían de las virtudes de la Independencia nacional, aparte de que el hecho que tanto O’Higgins como José de San Martín, eran de la Logia Lautarina, es decir, masones, y en un país tan católico como el Chile del siglo XIX era algo difícil de aceptar.
Antes, durante la Reconquista, el brigadier español Mariano Osorio, vencedor en Rancagua, fue torpemente destituido del cargo de gobernador por el virrey del Perú y reemplazado por el inepto Francisco Antonio Casimiro Marcó del Pont, capturado poco después de Chacabuco.
En Diciembre de 1817 retorna a Chile el brigadier Mariano Osorio, con importantes refuerzos, armas, municiones, uniformes; cuando O’Higgins estaba en Concepción, bloqueando por tierra, el puerto de Talcahuano donde se habían refugiado los sobrevivientes de Chacabuco. En su retorno hacia el norte, es decir a Santiago, O’Higgins decide proclamar la independencia de Chile al cumplirse el primer año de la batalla de Chacabuco el 12 de Febrero de 1818, esto ocurre en Talca, aunque el documento es fechado en Concepción 1º de Enero de 1818, como símbolo de que esa región, ocupada por los realistas (partidarios del rey) también es chilena.
San Martín también llega a esa región y el día 19 de Marzo son sorprendidos por los realistas en una sorpresiva batalla en Cancha Rayada un poco al norte de Talca, combate de resultado incierto pero que produjo mucho desorden en el ejército chileno argentino, para peor O’Higgins recibe un disparo en el brazo, pierde su caballo y se inicia una serie de mensajes confusos que llegaron a Santiago mucho antes que los efectivos que participaron en la refriega. Cunde el pánico en la capital, recordando lo ocurrido después del desastre de Rancagua en 1814, muchos piensan ya en retirarse hacia Santa Rosa de Los Andes para iniciar otra peregrinación a Mendoza y salvar por lo menos la vida.
Se supone que lo más delicado de cada país, es la capital, en toda campaña, quien conquista la capital, gana la guerra, por eso hay que defender Santiago, así fue cuatro años atrás con Rancagua, pero luego de esa amarga experiencia ya nadie desea entrar otra vez a la plaza de esa ciudad.
Dos ejércitos enemigos marchan paralelos hacia Santiago, el que la conquiste gana la guerra y está claro que el combate será en las puertas mismas de Santiago, será en unas pequeñas colinas a orillas del rio Maipo, llamadas los Cerrillos.
Es el 5 de Abril de 1818, por eso conmemoramos el Bicentenario, de tan importante acontecimiento histórico militar, tan significativo en la Historia de Chile y Argentina. Es entonces cuando aparece una vez más la figura del personaje más popular de la Historia de Chile don Manuel Rodríguez con su frase para el bronce “Aun tenemos patria ciudadanos” en la plaza de Armas de Santiago, arengando a los hombres de la capital a unirse a los célebres Húsares de la Muerte, dirigidos por el mismo.
O’Higgins herido en Cancha Rayada usa contra los realistas una de sus propias armas, una terrible y poderosa, ni más ni menos que la propia Virgen del Carmen, “Si nos ayudas en esta batalla, en el mismo campo de combate, se levantará un templo en tu homenaje” y así no más fue, cuando el ejército realista, tenía todas las ventajas, en calidad y número de soldados, armamento y municiones, pues ganó el Ejército Libertador del General San Martín. Ahí llega O’Higgins, aun herido a saludar a San Martín y se consolidan definitivamente las Independencias de Chile y de Argentina.
San Martín y O´Higgins tienen claro que el proceso de emancipación no ha terminado, falta lo más importante, la independencia del virreinato del Perú, país sede de la colonia más importante de España en América, la que mayor cantidad de riquezas otorgó a la corona castellana. San Martín sabía que si Perú no era libre, ningún otro país de América lo sería, de ahí que O’Higgins se dedica a organizar la escuadra libertadora del Perú, cosa que concluye en 1821 con su declaración de independencia.
También es en estas circunstancias como España empieza a perder sus colonias, en parte por sus malos manejos políticos, pero principalmente por las ideas de la Ilustración francesa, Libertad, Igualdad, Justicia y Fraternidad, los Derechos del Hombre y del ciudadano que en el imperio español estaban muy ausentes. A O’Higgins Gracias que Chile sea una REPÚBLICA y no una monarquía caduca como las europeas.
Ahora sorprende encontrar en Buenos Aires, Córdoba o Mendoza calles y avenidas Chacabuco, Maipú o Talcahuano igual que en Chile, igual que en Los Andes.