Por: Hugo Rodríguez Bernal
Las enfermedades han sido motivo de crisis personal, familiar, nacional e internacional, dicen los diccionarios que la enfermedad es un proceso por la que atraviesan todos los seres vivos, plantas, animales y humanos, ocurre cuando las personas padecen una afección que rompe su bienestar. La expresión “enfermedad” proviene del latín “infirmitas” que significa “falto de firmeza.” Desde la Prehistoria se están buscando remedios y soluciones para evitar las enfermedades o por lo menos disminuir los riesgos de contraerlas. Aquí aparecen los inteligentes y cultos (y muchas veces aprovechados) sacerdotes de la India, la Mesopotamia y Egipto, los venerables druidas en Europa occidental, que con cantidad d estudios sobre las enfermedades y las plantas medicinales, han logrado mejorar la calidad de vida de las personas.
Este importante médico chileno, nació en Los Andes en 1911 y estudió en el Instituto Chacabuco de los Hermanos Maristas, hasta el Tercer año de humanidades, lo que ahora sería el Primero Medio. Se cuenta que su infancia en nuestras tierras fue distinta al común de los niños de su tiempo, la mayoría jugando, corriendo, el, muy joven se interesó por la medicina y los estudios de la biología, incluso participó en una revista llamada La Luna con interesantes comentarios, estudios y análisis de temas elementales, relacionados con las Ciencias naturales. La familia se trasladó a Viña del Mar donde continuó sus estudios secundarios, para luego entrar a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile de Santiago, en 1928. Entre trescientos postulantes quedaron solo ochenta, Meneghello incluido. Varios de los que no entraron en ese año, lo hicieron al año siguiente y fueron destacados médicos.
Entre química y farmacia u odontología, prefirió medicina resultó ser lo que más le atraía. Desde el principio pensó en la pediatría como especialidad, tenía muy buena relación con los niños.
Estando en la Escuela de Medicina, en sus primeros años, ya fue nombrado ayudante y luego designado profesor ayudante, trabajo docente que nunca dejó y participó en la formación de gran cantidad de médicos chilenos y extranjeros.
Ya titulado Médico en 1937 recibe una beca para perfeccionarse en las universidades de Harvard y Cornell en los Estados Unidos, donde permaneció por tres años en sus estudios de post grado.
De vuelta en Chile se dedica a su trabajo en el Hospital Manuel Arriarán, donde formó un equipo muy bueno de colegas, enfermeras, auxiliares, asistentes sociales, por más de veinte años, el mejor centro pediátrico de Santiago. Cuenta que con el mismo equipo se trasladó después al Hospital Roberto del Río, donde permaneció hasta su retiro.
Con este grupo, equipo imbatible, el doctor Meneghello trabajó para mejorar la situación de la pediatría y de la salud de los niños chilenos. Entre 1940 y 1960 Chile tenía una alta tasa de mortalidad infantil. Esto era fundamentalmente producto de las deficiencias ambientales y de las elevadas cifras de desnutrición infantil.
La aparición de su libro “La desnutrición del lactante mayor” en 1949, produjo el interés internacional por el tema y fue el principio de un trabajo que cambiaría la manera de enfocar la pediatría hasta entonces.
El doctor Julio Meneghello es el padre de la pediatría moderna en Chile, esto debido a que fue el primero en el Mundo en poner en práctica el uso sistemático de sueros por vía oral, para evitar la deshidratación de los niños desnutridos. Este método, con ligeras modificaciones ha sido recomendado por la OMS organización Mundial de la Salud, pues se reconoce como uno de los avances médicos importantes del siglo XX para los países en vías de desarrollo.
También participó activamente en la creación del Laboratorio de Investigaciones Pediátricas, que tiempo después se transforma en el Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Chile.
Cuando en 1996 se dio a conocer el listado de nombres de personas que reciben el Premio Nacional, se estaba cumpliendo con una deuda de honor, que debió haber sido entregada antes, el Premio de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas, otorgado al doctor Julio Meneghello Rivera por su constante y notable aporte al desarrollo de la pediatría en Chile y a la solución de severos problemas de la salud infantil.
La desaparición de la desnutrición y la decisiva caída de la mortalidad infantil en nuestro país se deben en gran medida a su trabajo, dijo el entonces Ministro de Educación, Sergio Molina, al dar cuenta de las razones que tuvo el jurado para otorgar tal distinción a un hombre que, con humildad, reconoció que ese importante logro, no fue personal, sino, el resultado del trabajo de varios médicos y especialistas chilenos.
