Por Hugo Rodríguez Bernal
Una de las visitas por la Dulce Italia, nos lleva desde Austria, allá en el norte de la gran bota italiana que es la península de los Apeninos, a cruzar en un bus turístico de dos pisos por el paso del Brenero en los Alpes, con nieve como si estuviéramos en Portillo un día de Agosto, pero no, es Febrero, invierno en Europa, pero parece que los latinoamericanos llevamos el Sol con nosotros, excepto aquí en el Brenero.
Qué maravilla esto de la Unión Europea, se acabaron las fronteras, las aduanas y la complicación de cambiar el dinero de un país a otro, nada, solo euros, excelente, con un cartoncito y tres columnas, los dólares, pesos chilenos y euros. Fácil y clarito. Primero nevó, más allá llovió, la pasada por Verona fue rápida alcanzamos a ver el balcón de Julieta y donde Romeo le dedica tanta poesía y amor, luego termina tan mal todo.
Pero, Venecia está a la vista, maravilloso, bueno aquí nos tocará lluvia, supongo. Nada a la mañana siguiente SOL, Sol en invierno de nuev. Bueno a recorrer Venecia, se ha dicho, el Transvenecia es un barco, una lancha grande con motor llamada Vaporetto, pero no uno, son varios y recorren los canales de la ciudad con paraderos preestablecidos hasta con número de recorrido y semáforos en algunos canales ¿Que Tal?
Varias islas cercanas a la costa del mar Adriático constituyen esta ciudad que debido a las numerosas pasadas de invasores de un lado y de otro, aburridos los primeros venecianos se establecieron en las islas para tratar de evitar tanto ataque. Pero con el tiempo la situación económica mejoró, más y más hasta que se transformó en una potencia comercial. Tanto palacio que hay en Venecia, construcciones antiguas pero muy buenas, iglesias espléndidas. La arquitectura con estilo bizantino predominó en tiempos del Renacimiento, muy importante en Venecia, que era la gran rival de Florencia y competían en lo cultural y en el plano comercial, creando un importante sistema de navegación. Cuando los turcos invaden Constantinopla en 1453, muchos artistas y sabios de Bizancio, huyen hacia Italia, muy dividida entonces, pero justo ahí se inicia el Renacimiento.
Por los canales de Venecia pasó de ida y vuelta, Marco Polo, por ahí llegaron a Occidente el té, la pólvora, los billetes, el arroz, el papel, las especias y varias otras cosas que ahora son de uso corriente.
La tumba de San Marcos en la gran catedral con un muro de oro puro, como la tumba de Tutankamón. El suelo de mármol muy irregular y dañado por las graves inundaciones cada vez que hay alta marea y se moja por completo la plaza de San Marcos. Hay que subir a la Torre principal, se cobra un precio, pero vale la pena, la vista espectacular, al frente la Plaza de San Marcos y a la derecha el Gran Canal el principal de la ciudad y el palacio del Dux el antiguo gobernante del Véneto.
Dos columnas, una con un león alado, símbolo de San Marcos el protector y otra de San Teodoro. Hay un largo puente que conecta con tierra firme, tanto ferrocarril como vehículos normales. Pero no hay tránsito entre las pequeñas calles de Venecia. El sinuoso canal Grande rodeado de palacios y palacetes: Palazzo Dario, palazzo Cini, Barbaro, Cavalli- Franchetti, Malipiero, Museo Rezzonico, Palazzo Grazzi, Giustiniani, Mocenico, Palaceto Madona, Pisani Moretta, Saint Angelo, Grimani de San Luca, etc hasta el puente de Rialto, todo recorrido por las góndolas con cantantes de gran voz. Lanchas policiales, lanchas carrozas, lanchas taxi, lanchas de bomberos, Uhhhh como se movió esa góndola al paso del vaporetto, casi se da vuelta, fiuuu. Caminar por las calles angostas de Venecia es de otro Mundo, un Mundo mágico, llenas de tiendas, restaurantes, empresas, muy iluminadas, las vitrinas tienen su arte, diseños muy especiales en todo lo que producen y venden. De pronto una plaza y una enorme iglesia. En la de San Marcos un escenario al centro y un grupo de actrices desarrollando su arte escénico a todo volumen y los italianos, parece que gritan y no, es su forma natural de hablar. Ni mirar al interior de los cafés de la Plaza de San Marcos, los precios altísimos, más caro frente a la plaza, más barato en las mesas del fondo. Es febrero, Carnaval en Venecia, los disfrazados con trajes espectaculares, estilo Renacimiento, vestuario largo, hasta el suelo, colores brillantes, máscaras amplias, maquillaje intenso, originalidad y diseño, todo dentro de ciertos parámetros de elegancia sorprendente y silenciosa.
Hay una isla cementerio. Varias islas con trabajo artesanal del vidrio, hermosos objetos de cristal, hasta un caballo de cristal de tamaño natural. Islas de Murano, Burano y Judeca, (barrio de judíos). Cuidado con “caerse a la calle” se puede ahogar. Pocos niños a la vista. Venecia está en peligro, cada vez las inundaciones son más graves, científicos, ingenieros de distintas partes la estudian y tratan de evitar su probable colapso.