Crónicas de los tiempos: Santa María del Buen Aire

Crónicas de los tiempos: Santa María del Buen Aire

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Por Hugo Rodríguez Bernal

Imponente el ingreso ferroviario a la capital argentina, en 1967, luego de un viaje de 22 horas desde Mendoza, se avanza entre los barrios del oeste de la ciudad, enorme, inacabable, ya en semioscuridad cerca de las 19 hrs se suceden una tras otra, calles, avenidas, casas, negocios, plazas, iglesias, etc.

Este nombre, Santa María del Buen Aire, recibió el pequeño villorrio creado por don Pedro de Mendoza en 1536 y que fue abandonado muy pronto por los frecuentes ataques de indios querandíes, tiempo después don Juan de Garay la refunda ya en forma definitiva.

Como creció el Gran Buenos Aires, solo la ciudad propiamente tal tiene 12 millones de habitantes, la provincia más de 20 millones. Millones de inmigrantes europeos, principalmente, llegaron a Argentina a comienzos del siglo pasado, sobre todo italianos, que un poco “italianizaron” el país, de ahí deriva el acento tan especial de los porteños transandinos. El resto de Argentina, no es así. Pero no solo italianos, también gallegos, judíos, alemanes, franceses, sirios, libaneses, otros españoles.

Tanto edificio y tan altos, y el centro se extiendo mucho, cuadras y cuadras con edificios constantemente, sedes de importantes instituciones de todo tipo, muchos hoteles, teatros, hospitales, colegios, universidades, recintos militares, etc.

Así es el gran Buenos Aires, enorme y bien ordenado, hay otras capitales sudamericanas que son muy alteradas, en ruido y tráfico, Buenos Aires no lo es tanto, hay mas calma. La arquitectura hermosa con muchos edificios de toque europeo, plazas amplias y áreas verdes en gran cantidad. Da cierta tranquilidad transitar por sus calles centrales sin temor. El Centro centro de la capital es muy parecido a Santiago, las calles Reconquista, Maipú, Florida y otras, se parecen mucho a Estado, Huérfanos o Agustinas. Pero con cierto encanto distinto, buscamos la avenida Corrientes para visitar el 348 del tango, pero no existe ese número.

En las Guerras Civiles del siglo XIX se dividieron los argentinos en dos partidos políticos, los Blancos y los Colorados, es decir los que querían que Argentina fuera federal y los que deseaban un Estado unitario como Chile. Ganaron los federalistas y como gesto de buena voluntad, el palacio de Gobierno se pintó de color rosado, es decir ni blanco ni colorado. Ven que son buenas las giras de estudio.

El Gran teatro Colón en la avenida 9 de Julio y el Luna Park que tantas veces escuchamos mencionar por las obras espectaculares que ahí se presentan y las competencias de box a que son tan aficionados los argentinos. Por supuesto que llegamos a la Boca, el tradicional barrio donde se produjo el primer asentamiento europeo, con museos étnicos de Caminito, explicando el arribo de los inmigrantes italianos a Buenos Aires. Y Cuando la llegada de un buque sueco definió los colores del equipo de futbol local.

La pasión futbolera es sorprendente, no existe en Chile algo parecido, el apoyo a los grandes clubes chilenos, es solo una pequeña muestra de algo de cariño. En Argentina es algo muy fuerte. La Bombonera, es la cancha de Boca Junior, muy vertical sus tribunas permite ver el juego muy bien, excepto que los aficionados se paran y se sientan a cada instante, según ataque o defienda al equipo, sorprende la coordinación de los hinchas en sus gritos de aliento y sus cánticos de reprobación por lo que no les gusta, especialmente el árbitro.

Visitamos el sector de Palermo y Palermo Chico, elegante y distinguido barrio de casas muy hermosas y grandes parques. La avenida Santa Fe equivale a Providencia pero de hace algunos años. En Núñez se ubica el más grande de los estadios argentinos River Plate, con tres niveles o plateas, se ve como el Estadio Nacional, solo que en Buenos Aires hay cuatro o cinco estadios enormes, Velez Sarfield, Racing e Independiente de Avellaneda, San Lorenzo de Almagro, Huracán, Banfield, Quilmes este último representa la más importante empresa de cervezas de Buenos Aires, como el Sporting Cristal del Perú.

El Metro, acá se llama Subte, es muy antiguo, tenía cinco líneas con las letras A, B, C, D y E. Su centro se ubica en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada y se abre como un abanico con las formaciones de trenes en distintas direcciones. Muy importantes son los trenes de cercanías que de distintas estaciones terminales, que rodean el centro histórico trasladan a la gente a barrios alejados. Desde estación Constitución salen los trenes hacia el este de la ciudad, hacia la capital de la provincia La Plata.

Desde la estación Once otras formaciones hacia el Sur y desde Retiro abordamos el tren hacia Tigre en el oeste de la ciudad, un lugar increíble, la desembocadura de dos grandes ríos el Paraná y el Uruguay forman un delta amplio y de numerosas islas, en sus bordes hay mansiones grandes y hermosas, se hace el recorrido en barcos turísticos, cada casa con su playa, cada playa con su muelle y en cada muelle un yate o una lancha todo espléndido, como sus radios Splendid, Belgrano, Nacional, le Red y el Mundo y sus diarios principales Clarín, Crónica y La Nación. Hay que ir varias veces a Buenos Aires, está más cerca de Santiago que Arica, Iquique o Punta Arenas. Muchas rivalidades pero el trato de los argentinos a los turistas, en general, es muy bueno.

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