Por: Hno. Ángel Gutiérrez Gonzalo
La paradoja de nuestro tiempo es que: Tenemos edificios más altos pero temperamentos cortos, autopistas más anchas pero puntos de vista más estrechos. Gastamos más pero tenemos menos, compramos más pero disfrutamos menos.
Tenemos casas más grandes pero familias más pequeñas. Más compromisos pero menos tiempo. Tenemos más títulos pero menos sentido común, más conocimiento pero menos criterio, más medicinas y menos salud.
Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores. Hablamos mucho, amamos poco, odiamos demasiado.
Hemos llegado a la luna y regresado pero tenemos problemas a la hora de cruzar la calle y conocer a nuestro vecino… Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior, limpiamos el aire pero polucionamos nuestras almas.
Tenemos mayores ingresos pero menos moral, hemos aumentado la cantidad pero no la calidad. Estos son los tiempos de personas más altas con caracteres más débiles, con más libertad pero menos alegría, con más comida pero menos nutrición.
Son días en los que llegan dos sueldos a la casa pero aumentan los divorcios, son tiempos de casas más lindas pero hogares rotos, un tiempo con demasiado en la vitrina y poco de puertas adentro.
“No guardes nada para una ocasión especial”. Cada día es una ocasión especcial. Por eso… Lee más y limpia menos. Siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte únicamente en la mala hierba. Pasa más tiempo con tu familia y amigos y menos tiempo trabajando.
La vida es una sucesión de experiencias para disfrutar, no para sobrevivir…
Las frases “algún día”, “uno de estos días”… quítalos de tu vocabulario. Si vale la pena hacerlo, verlo, quiero poder disfrutarlo ahora.
Si supiéramos el tiempo de vida que nos queda, seguramente desearíamos estar con nuestros seres queridos, visitaríamos los lugares que amamos…
Son pequeñas cosas las que nos harían enojar si supiéramos que nuestras horas están limitadas…
Enojados porque dejamos de ver a nuestros mejores amigos, enojados y tristes porque no dijimos a nuestros padres, familiares y amigos, cuánto les queremos.
Por eso… no intentes retardar o detener o guardar nada que agregaría risa y alegría a tu vida, cada día, hora, minuto especial…
Estimado lector: Espero que tengas la suficiente esperanza para hacerte y ser feliz.