Por: Erica Castro, Matrona y académica IPSUSS, Universidad San Sebastián
La diabetes es un importante problema de salud pública, con una elevada carga para los sistemas de salud. Uno de los puntos críticos en el manejo de esta enfermedad, se relaciona con las variables modificables de las personas afectadas, como son los hábitos alimenticios.
Tanto es el impacto de la alimentación en el manejo de la diabetes, que una mala dieta tiene consecuencias nefastas en el curso de la enfermedad y explica gran parte del costo económico de sus complicaciones, ya que la ingesta de alimentos inapropiada puede agravar el cuadro, facilitar la expresión de genes asociados a la enfermedad o puede interaccionar con los fármacos que las personas diabéticas ingieren para su manejo.
En el caso de la diabetes Mellitus tipo 2, numerosos estudios confirman que las personas afectadas tienden a cometer errores en la dieta y el consumo de micronutrientes como vitaminas y minerales es especialmente insuficiente, con el consecuente riesgo de desmejorar el metabolismo de los carbohidratos, el que influye en la acción de los fármacos antidiabetes y en la regulación de la glicemia.
Se ha demostrado que el consumo de carne procesada se asocia con un mayor riesgo de diabetes y de la resistencia al efecto de los medicamentos que se ingieren, ya que las nitrosaminas y glicación avanzada – interacción entre el azúcar y las proteínas – que tienen estos productos en su fabricación y almacenaje, tienen un efecto tóxico sobre las células del páncreas relacionadas a la diabetes, estimulando la resistencia a la insulina. Por otra parte, muchas personas con diabetes ingieren otros medicamentos para tratar por ejemplo una hipertensión, donde se estimula la filtración del riñón y un aumento de la orina/día. En este contexto se pierde más magnesio, que si la persona diabética no adiciona en su dieta, se alterará la glicemia y disminuirá la afinidad de los tejidos periféricos por la insulina. Respecto al cromo, se ha observado que una concentración apropiada de este mineral, mejora la glicemia en ayunas, el colesterol total y triglicéridos, así como la acción de los medicamentos antidiabetes.
La vitamina B es importante que sea consumida por las personas con diabetes tipo 2, ya que previene las complicaciones del sistema cardiovascular y nervioso que origina la enfermedad. En las personas que ingieren Metformina, debe consumirse como suplemento, ya que este medicamento origina una disminución no sólo de la vitamina B sino que del calcio y vitamina D.
El riesgo potencial de interacciones entre los componentes nutricionales de los alimentos y los medicamentos antidiabéticos puede cambiar el curso de la enfermedad, de ahí que hoy es fundamental que los/las profesionales de la salud estén familiarizados con las interacciones entre fármacos y nutrientes, y que reciban capacitaciones continuas, de tal forma de optimizar la terapia medicamentosa que se administra para la enfermedad, así como favorecer un estado nutricional adecuado de la persona afectada.