La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad que se genera por la carencia o resistencia de insulina en el cuerpo. Esta afección es una de las enfermedades endocrinas con más presencia en los perros.
Con el avance de la tecnología se han descubierto enfermedades que tanto humanos como animales pueden padecer. Es así como la diabetes es una de ellas, desde hace aproximadamente un siglo, se descubrió que los perros pueden padecer diabetes al igual que las personas. La única diferencia es que en los peludos, la diabetes más común es la tipo 1, caracterizada por depender de la insulina de por vida.
La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad que se genera por la carencia de insulina en el cuerpo, bien sea porque el páncreas no la produce o porque no es capaz de procesarla para nivelar las cantidades de glucosa o azúcar en la sangre. Esta afección es una de las enfermedades endocrinas que poseen más presencia en los perros actualmente.
Existe un componente genético que predispone ciertas razas a desarrollar la DM canina, el Yorkshire Terrier, el Terrier Tibetano, el Border Terrier, el Cairn Terrier, el Samoyedo, el Keeshounds, el Caniche Miniatura y el Setter Inglés, son algunas de ellas. Carolina Figueroa, médico veterinario de Royal Canin además agrega “en la mayoría de los casos esta enfermedad es diagnosticada entre los 5 y los 15 años del perro. La excesiva ingesta de agua, excesiva micción de orina y excesivo consumo de alimento sin aumento de peso, llamados Polidipsia-Poliurea-Polifagia, son signos comunes en pacientes diabéticos, por lo que se debe estar atentos si aparecen.
También Figueroa comenta que “la predisposición de la raza no es el único factor que se debe tener presente, también suelen tener un mayor riesgo a sufrir esta enfermedad las hembras, los perros castrados y mestizos, asimismo, los animales con un peso inferior a los 22 kilos”. Deja en claro que el diagnóstico temprano es esencial para poder evitar consecuencias y establecer el tratamiento adecuado.
Un punto positivo del diagnóstico temprano es que un can diabético con la terapia de insulina correcta, una dieta adecuada, ejercicio y supervisión médica, tendrá una esperanza de vida muy similar a la de un perro sano. El punto de la dieta es primordial, dada la relación que tiene la alimentación con la creación del azúcar en el cuerpo.
Figueroa comenta al respecto “la dieta es un punto de extrema importancia del tratamiento. Ya que los perros con DM pueden tener peso insuficiente y en menor medida sobrepeso, en ambos casos se debe recurrir a un alimento que ayude a alcanzar y mantener el peso ideal. Esto es fundamental puesto que hay perros con cierta condición corporal que pueden aumentar de peso fácilmente tras el inicio del tratamiento, además debe haber una correcta coordinación entre la ingesta de un alimento con bajo índice glicémico con las inyecciones de insulina para favorecer un balance de la glucosa sanguínea.”
Teniendo en cuenta lo considerable de la alimentación se han desarrollado alimentos en la industria, tal como Diabetic de Royal Canin, que está diseñado científicamente para brindar distintos beneficios que apoyen de forma correcta el tratamiento de la diabetes. Diabetic, está formulado con una alta cantidad de fibra y bajo contenido de almidón para modular los niveles de glucosa posterior a las comidas, también entrega importantes cantidades de proteína para mantener la masa muscular de la mascota y otorga una mezcla de antioxidantes para frenar el estrés oxidativo de las células que es tan común en los pacientes con diabetes.
La médico veterinario recomienda tomar como norma alimentar a los perros con diabetes cada 12 horas, con la cantidad de alimento que haya indicado el especialista para su condición y en ese momento, es cuando se debe administrar la insulina. Pero ello va a depender de la evaluación Médico Veterinaria, la cual dictará ajustes posibles que se tengan que realizar en el ritmo horario de tanto alimentación como inyección de insulina.
A pesar de que la diabetes puede ser una enfermedad intimidante para un dueño, no se debe olvidar que al adquirir un compañero de vida, como lo es un perro, se debe ser responsable de él. Por ello, hay que estar al pendiente de los chequeos continuos con el veterinario de confianza y estar alerta a los síntomas que pueda presentar el can para poder realizar un diagnóstico oportuno de la diabetes.